La primera crisis económica en España como en Europa comenzó a medianos de la década de 1880. Las medidas tomadas por España fue aumentar los aranceles a los productos agrícolas y de manufactura hechos en Puerto Rico, Cuba y las Filipinas, favoreciendo el mercado de productos españoles. En Puerto Rico se beneficio las empresas españolas sobre las puertorriqueñas

Nando AcostaHistoria de los de Abajo
23 de marzo de 1887 – Comienza la represión de los compontes ordenada por el gobernador Palacios.
La primera crisis económica en España como en Europa comenzó a medianos de la década de 1880. Las medidas tomadas por España fue aumentar los aranceles a los productos agrícolas y de manufactura hechos en Puerto Rico, Cuba y las Filipinas, favoreciendo el mercado de productos españoles. En Puerto Rico se beneficio las empresas españolas sobre las puertorriqueñas.
En 1886 se organizaron sociedades secretas cuyo fin era boicotear los negocios de los españoles. Una de estas sociedades, creada en Ponce, y la más importante fue “La Boicotizadora”. En el sur y oeste de Puerto Rico se crearon otras sociedades secretas con el mismo fin, como “La Torre del Viejo” y “Los Secos”. El boicot tuvo gran éxito todo el año de 1886 y continuó para el 1887. Muchos liberales y autonomistas apoyaron el boicot, que muchas veces generó en violencia contra empresarios españoles.
El 7 de marzo de 1887 se funda el Partido Autonomista de Puerto Rico cuyo máximo líder fue Román Baldorioty de Castro. En enero de 1887 se nombró al general Romualdo Palacios González como nuevo gobernador de Puerto Rico, individuo de ideas conservadoras. Palacios llegó a Puerto Rico para el 20 de marzo, y en solo tres días en la gobernación, luego que se le presentará un informe de las actividades de La Boicotizadora y escritos periodísticos de los autonomistas, ordena la represión general en Puerto Rico, el toque de queda, prohibió totalmente los periódicos liberales más cercanos al autonomismo y persiguió a periodistas y escritores, prohibió las reuniones públicas y ordenó el cierre de negocios y periódicos de supuestos autonomistas puertorriqueños. Se comenzó arrestos selectivos de personas sin ninguna razón, solo sospechosos de ser liberales, autonomistas o independentistas. Ordenó el arresto domiciliario de familias enteras, como fue el caso de Bonacio Tió y su esposa Lola Rodríguez, que habían llegado a PUR de un exilio anterior. Palacios ordenó el arresto masivo y la aplicación de torturas (los llamados compontes) a los grupos autonomistas y liberales. Las primeras redadas fueron en Aibonito y en Arroyo. La represión se extendió muy pronto a otros pueblos. Algunos de los arrestados fueron asesinados, otros se le amputaron dedos y manos. A muchos se le arrestaba y promovían una supuesta fuga para ser ejecutados alegando “ley de fuga”. Se entiende que más de 100 puertorriqueños fueron asesinados por la Guardia Civil en ese año terrible de los compontes y más de un millar fueron heridos o torturados.
Baldorioty de Castro y Ramón Marín fueron apresados y encerrados en los calabozos del Morro, sufriendo torturas y hambruna.
Los grupos “La Torre del Viejo” y “Los Secos”, en reuniones secretas se plantearon llevar la lucha a una insurrección general de seguir las torturas y los asesinatos. Al enterarse el general Máximo Gómez lo que sucedía en Puerto Rico, por varios puertorriqueños que fueron a trabajar a Panamá, escribió dos cartas al Dr. Betances (en París) para preparar una expedición armada y comenzar la insurrección en Puerto Rico.
Por suerte para los detenidos y para el país, el gobierno de Madrid, luego de enterarse de la represión, relevó de su cargo, en noviembre de 1887, al gobernador Romualdo Palacios. De esa manera el gobierno español aplacó, un poco, los ánimos revolucionarios que se estaban gestando en Puerto Rico. Esa represión del año 1887 llevó a muchos boricuas al exilio, como fueron Sotero Figueroa, Antonio Vélez Alvarado, Pachín Marín, que organizaron los clubes revolucionarios en la ciudad de Nueva York y ayudaron grandemente a José Martí a organizar la lucha armada contra España. Se estima que entre 1887 y 1890 más de 2,000 puertorriqueños abandonaron su isla de Borikén, la mayoría a la Rep. Dominicana y a Nueva York.
El boicot continuó ahora con más fuerza y con el apoyo de la mayoría del pueblo puertorriqueño, lo que obligó al gobierno español a realizar cambios administrativos, políticos y económicos que beneficiaron a los puertorriqueños, como fue cambios de la Ley Electoral de 1888, mayor libertad de prensa lo que permitió la creación de más y nuevos periódicos de circulación nacional. Se permitieron las organizaciones obreras y la prensa pro-obrera. Todas estas reformas, después de 1887, culminaron en la aprobación de la Carta Autonómica para Puerto Rico en 1897.
Foto: Casa de los compontes en San Germán