
BENITO PÉREZ GALDÓS
Un 4 de enero de 1920 falleció en Madrid, había nacido en Las Palmas de Gran Canaria un 10 de mayo de 1843.
Fue novelista, dramaturgo y político. Se le considera el mejor representante de la novela realista del siglo XIX. Reflejo de ello son obras como Fortunata y Jacinta, donde plasma de forma brillante la historia, la sociedad y el perfil urbano de Madrid que sirven de fondo a un argumento que presenta a dos jóvenes enamoradas del mismo hombre.
Otras obras suyas son La desheredada, Tormento, El doctor Centeno, Marianela, Miau o Tristana por citar solo algunas.
Cultivó el teatro con obras como Electra, Doña Perfecta o El abuelo, por ejemplo.
Pero si por algo le conoce el gran público es por la serie de Episodios Nacionales que escribió, un total de 46 episodios, desde Trafalgar a Cánovas. A través de ellos se repasa la actualidad española del siglo XIX.
«Mi destino, que ya me había llevado a Trafalgar, llevóme después a otros escenarios gloriosos o menguados, pero todos dignos de memoria. ¿Queréis saber mi vida entera? Pues aguardad un poco, y os diré algo mas en otro libro». Así termina Trafalgar.
Y así comienza Cánovas: «Los ociosos caballeros y damas aburridas que me han leído o me leyeren para pasar el rato y aligerar sus horas, verán con gusto…»
Su filosofía literaria se resumen perfectamente en estas palabras que pronunció en su discurso de ingreso en la Real Academia Española (1897): «Imagen de la vida es la Novela, y el arte de componerla estriba en reproducir los caracteres humanos, las pasiones, las debilidades, lo grande y lo pequeño, las almas y las fisonomías, todo lo espiritual y lo físico que nos constituye y nos rodea, y el lenguaje, que es la marca de raza, y las viviendas, que son el signo de familia, y la vestidura, que diseña los últimos trazos externos de la personalidad: todo esto sin olvidar que debe existir perfecto fiel de balanza entre la exactitud y la belleza de la reproducción…»