Skip to content

Carlos Fos: Un centro que no se apega al objeto inerte

Spread the love

Desde un centro de documentación podemos dejarnos llevar por la tentación de apegarnos al material descontextualizándolo, cayendo en la trampa de convertirlo en fetiche inerte. El desafío encarado desde la constitución del archivo histórico del Teatro General San Martín, origen de la labor que hoy realizamos, fue evitar esta adoración por el objeto y tomar la distancia necesaria que nos permita entenderlo.

Revista Nueva Pensamiento Crítico edición número 14 septiembre de 2023

Un centro que no se apega al objeto inerte

Desde un centro de documentación podemos dejarnos llevar por la tentación de apegarnos al material descontextualizándolo, cayendo en la trampa de convertirlo en fetiche inerte. El desafío encarado desde la constitución del archivo histórico del Teatro General San Martín, origen de la labor que hoy realizamos, fue evitar esta adoración por el objeto y tomar la distancia necesaria que nos permita entenderlo. Con este criterio se inició un camino lento pero seguro para recrear las puestas realizadas en nuestra institución desde su creación. Las estrategias variaron de acuerdo a las herramientas y las nuevas aportes teóricos de las diferentes ciencias (bibliotecología, archivología, informática, artes combinadas), pero el criterio central no cambió. Se trata de brindar al investigador el material necesario para el estudio de nuestras producciones, contando con recursos catalogados de acuerdo a la línea diacrónica y sincrónica del sistema teatral local.

Para ello comenzamos a reconstruir un verdadero diario de todas las actividades desarrolladas en nuestras salas desde sus orígenes, como Teatro Municipal de la Ciudad de Buenos Aires en 1944, hasta la conformación del Complejo Teatral de Buenos Aires en los albores del siglo XXI. Una vez concluida esta crónica indispensable, completamos la información de cada espectáculo con los elementos que permitirán al lector reconstruirlo. Desde la carpeta técnica, con los bocetos de escenografía, diseño de luces o maquillaje, hasta el texto espectacular, se fueron sumando recursos, que, separados, carecerían de valor pleno.

Se puso, asimismo, empeño en rescatar los materiales que permitieran reconstruir la historia institucional del Teatro. De esta manera, las obras no quedaban aisladas de los procesos que regulaban las diferentes administraciones y era posible comprender la selección del material escénico de acuerdo a ideologías estéticas dominantes. Para ello, se colectaron minutas, documentos y gacetillas internas, así como disposiciones del Municipio y entrevistas a autoridades del pasado. Creo que es más didáctico, en aras de entender esta labor, reproducir una síntesis de los sucesos relacionados con la construcción del nuevo edificio del Teatro San Martín.

El antiguo edificio de la institución, como las otras salas que funcionaban desde la primera década del siglo XX, estaba preparado para albergar formas de representación tradicionales que respondían a los requerimientos estéticos de la época. Pero cincuenta años más tarde estas instalaciones eran anacrónicas para recibir las propuestas de puesta en escena que surgían y además no podían proporcionar respuestas desde lo técnico ante los notorios adelantos que en esta área se habían operado.

Asimismo las condiciones de trabajo que tenían que soportar los trabajadores de la escena eran inadmisibles, en especial para una ciudad que experimentaba un evidente proceso de modernización.

Por lo tanto era perentoria la construcción de un nuevo edificio que además de cumplir racionalmente con las emergentes exigencias técnicas y de confort, se convirtiera en ejemplo para otras iniciativas similares.

El crecimiento de la actividad teatral registrado no solamente en el denominado “espacio comercial”, sino también en el área independiente (nos hallamos históricamente en la fase de maduración de este teatro, con el estreno de “El puente” de Carlos Gorostiza). 

Con este criterio a principios del año 1953, el intendente Jorge Sabaté resolvió encarar parte de las construcciones en el Plan de Obras Municipales del citado año, mediante la contratación de arquitectos particulares, sistema que en la época estaba contemplado en la Ley marco de Obras Públicas. El origen de esta disposición estaba motivado en el hecho de obtener con premura una mayor eficiencia, rapidez y reducción de gastos en el proyecto y dirección técnica de una obra pública de la envergadura de este teatro. 

Pero la afanosa búsqueda del esfuerzo creador que siempre se debate en el medio hostil de la incomprensión, y del interés venal, debió sufrir además en este siglo el desaliento que a todos los órdenes llevaron las conmociones de la guerra y la inestabilidad de las instituciones. El advenimiento del cinematógrafo y su enorme difusión, han conspirado también contra el interés por el teatro substrayéndole autores, artistas y público.

Moderna Buenos AiresPero está demostrado que el teatro encierra en sus valores potenciales, el secreto de su perennidad y aunque alcanzó quizá a conmover sus cimientos tuvo un nuevo resurgimiento, que en nuestro país se ha caracterizado por la exteriorización de un fervor definitivamente “amateur”- Publico, artistas, directores y escenógrafos se suman día a día a este movimiento que ha terminado por despertar la imitación de los elencos profesionales y finalmente la  atención e intereses de los organismos oficiales.

Por otra parte, la mayoría de las salas existentes destinadas al llamado teatro de comedia no reunían las condiciones de todo apropiadas para las nuevas tendencias y carecían de elementos a tono con el progreso teatral resultando más que inadecuadas e inadmisibles las condiciones en que trabajan los artistas y los obreros de la escena.

Era pues, perentoria la construcción de nuevos teatros que además de cumplir con las modernas exigencias técnicas y de confort se constituyera en un ejemplo para nuevas iniciativas.

Comprendió la Municipalidad que lo que realmente debía encararse en este primer intento oficial era la erección de un verdadero centro de cultura.

La importancia de la obra por su finalidad y volumen suscitó el primer problema importante: su ubicación. El anterior Teatro Municipal Gral. San Martín (originariamente T. Nuevo de propiedad particular adquirido después por la Municipalidad) ocupaba el solar donde se levanta el actual centro, es decir, en la zona llamada de “los teatros” que a razón de uno por cuadra, totalizaban con otros vecinos, los 10 teatros situados sobre al Avda. Corrientes en las 7 cuadras que van desde la Avda. 9 de Julio hasta la Av. Callao.  Elegir el mismo espacio físico para el complejo a edificar no fue una coincidencia o facilismo. Desde 1920 en adelante la calle Corrientes se había convertido en la arteria que concentraba mayor cantidad de teatros en Buenos Aires. Este hecho determinaba que se convirtiera en el imaginario colectivo en el lugar esperable para un centro cultural de jerarquía mundial como el proyectado.

La natural inclinación del público, justificaron la elección del emplazamiento de la nueva obra en el mismo lugar ocupado por el teatro existente.

El proyecto y la dirección recayó sobre los Arq. Mario Roberto Álvarez y Macedonio Oscar Ruiz y un grupo de arquitectos colaboradores entre ellos Leonardo Kopiloff, Domingo Raffo, Michel Nicolaeff y en escenotecnia los ingenieros: Isaac Godbar, y Bernardo Duckelky- y en la acústica el ing. Federico Malvarez contándose con el concurso de la empresa constructora de Benito Roggio e hijos S.A. y Brave, Fontasa y Nicastro.

La ejecución de los trabajos fue planeada en 5 etapas en base a un plan Municipal de inversiones a desarrollar en 3 años.

En la 1ra. etapa se trató de proveer para la temporada de 1953, a los artistas del primitivo teatro, de un digno ambiente de trabajo mediante una reforma transitoria en el hall, la fachada, la sala y el escenario – Ejecutadas en 3 meses y medio.-

En la 2da.etapa se demolió el antiguo teatro para la ejecución del proyecto completo tratando de aprovechar al máximo los materiales adquiridos en la 1ra. etapa. Abarcó la excavación de los enormes subsuelos y las submuraciones y contenciones, mediante grandes contrafuertes, de los edificios vecinos y permitió la realización de verificaciones de la naturaleza del subsuelo y de ensayos de la transmisión de ruidos y vibraciones.

Esta etapa se cumplió en 105 días, fue adjudicada mediante licitación a 6 empresas y requirió un considerable esfuerzo dada la magnitud de las excavaciones (cerca de 40.000 m3.) siendo contados los edificios de Bs.As. que hayan requerido excavaciones de 17m. de profundidad.

En cuanto a la 3ra. etapa fue objeto también de una licitación con participación de 10 empresas, fue iniciada el 22 de junio de 1954 y abarcó la ejecución del cuerpo de oficinas, con su pequeña sala de proyecciones, las 2 salas de teatro, el gran hall de exposiciones, los escenarios y talleres, la confitería, una vivienda para el mayordomo del edificio, la sala de máquinas y equipos etc. Durante este año, a pesar de las dificultades económicas evidenciadas en la Comuna, los principales diarios se hacían eco de la importancia de la obra. “Democracia” en su ejemplar del 18 de abril de 1954 decía, “Obra de singular importancia, por las significativas proyecciones que tendrá para la cultura del Pueblo, es la emprendida con la reconstrucción del Teatro Municipal General San Martín. Este teatro, que está siendo construido por la Comuna, será dotado de todas las comodidades que lo constituirán en uno de los más modernos de Sud América. La obra, que se realiza por etapas, fue comenzada en el transcurso del año pasado, con la construcción del monobloque correspondiente a los camarines, que se compone de 8 pisos con todas las instalaciones a que el artista tiene derecho para poder desarrollar sin trabas sus manifestaciones artísticas. Las salas – ya que se construirán dos superpuestas con sus respectivos escenarios- han de significar para el pueblo una apreciable conquista pues serán doradas de todos los adelantos técnicos experimentados en la materia que han de otorgar al público en general máximo de confort. Cabe destacar, en forma preferente, la facilidad que encontrará para manifestar sus aptitudes artísticas el teatro vocacional al tener una de las salas un escenario, nueva expresión del teatro moderno.

Visita al teatro General San Martín | Arquitectura de teatros, Teatro, San  martinEn la construcción de este teatro, también se ha previsto la de numerosos locales para oficinas, lo que permitirá centralizar en los mismos las distintas dependencias de la Secretaría Cultura de la Municipalidad, con lo que se ha lograr, sin duda alguna, formar un verdadero centro de cultura popular. Esta medida, además de la ventaja que supone la centralización de dependencias tan íntimamente ligadas a todas las manifestaciones artísticas, significará una apreciable economía de alquileres, ya que muchas de las oficinas que han de ocupar el nuevo edificio están actualmente arrendando locales de propiedad particular”.

Al producirse en octubre de 1954 el cambio de autoridades Municipales las obras fueron interrumpidas y reiniciadas a fines de 1955 y licitada parcialmente en 1956 su continuación.- Esta parte configuró la  -4ta. etapa  e incluyó el amueblamiento, decoraciones, cortinados y alfombras, artefactos, tabiques de oficinas jardinería, máquinas y útiles, material de consumo equipo de iluminación escénica y proyecciones cinematográficas, etc.

Los trabajos se mantuvieron a ritmo sostenido, más allá de ciertos inconvenientes provocados por el alza de la inflación verificada en los últimos meses de la gestión justicialista.

Pero el golpe de estado de septiembre de 1955 trastocó los planes originales y puso en peligro la concreción del complejo o – en el peor de los casos- el desvío de sus funciones primitivas. En noviembre de ese año se crea la denominada Comisión Asesora del TMGSM, que sólo se reúne esporádicamente y no toma ninguna decisión. Una sórdida polémica, que superaba el marco de la política cultural, estalló y cerca de los dos tercios del nuevo edificio concluido aguardaban una resolución.

Pero las dilaciones injustificadas continuaron. Otra medida burocrática se tomó en junio de 1956 constituyéndose otro organismo encargado del estudio de las obras en ejecución. Podría suponerse que esta disposición mejoró el estado de cosas, agilizando la toma de decisiones, pero ocurrió todo lo contrario.

Distintas figuras del ámbito cultural sumaban incertidumbre con sus opiniones. Así la revista El hogar, en su editorial del 9 de marzo de 1956 hacía una engañosa comparación entre el complejo y el teatro Cervantes. Proponía, finalmente, que las obras en construcción se destinaran a otros destinos sin especificarlos. 

Arturo Marasso manifestaba la necesidad de adaptar las instalaciones para el traslado de la Biblioteca Nacional, situada en la calle Méjico en ese momento. Besio Moreno hablaba de un difuso “Foro del Pensamiento”, mientras que la pianista Luisa Castiñeiras estimaba que el lugar era ideal para convertirla en una sala de conciertos de importancia continental.

Su ejecución sufrió una nueva demora desde 1958 hasta principios de 1960.

Esta demora, más algunas de menor importancia ya verificada habían echado por tierra los cálculos originales que establecían una obra para trescientos sesenta días. Es necesario aclarar que estas postergaciones y los múltiples problemas y querellas abiertas pusieron en peligro la finalización del teatro San Martín.

El diario La prensa anunciaba en septiembre de 1957 la venta del coloso en construcción a las Naciones Unidas. Ante esta perspectiva varias entidades afines se agruparon constituyendo el “Movimiento Pro habilitación del teatro Municipal General San Martín” y redactaron un manifiesto que fue entregado al secretario de la presidencia avalado por siete mil firmas. También exigían las terminación y habilitación del teatro y que continuara bajo la órbita comunal. . Mientras la disputa crecía los recortes presupuestarios del ministro de hacienda Raúl Prebisch tornaban imposible la continuidad de las tareas en el edificio. Una vez constituido en democracia el Consejo Deliberante la discusión pasó a su seno con disímiles posturas. 

Las dudas –que incluyeron la posibilidad de venta por parte del Municipio- se disiparon con la llegada del gobierno democrático encabezado por Arturo Frondizi. El intendente designado, Hernán Giralt, queda facultado por la Ordenanza Nº 15.292 para tomar las medidas necesarias tendientes a concluir las obras.

La gesta de San Martín, en 19 documentos nunca expuestos 

 Fue decisión del Ejecutivo culminar las obras en un plazo no mayor de seis meses, aunque el cuerpo proyectado originalmente con salida a Sarmiento quedaba por el momento postergado.

En la 5ta. etapa se realizaron las playas de estacionamiento y accesos de artistas, obreros y materiales

La construcción del edificio alcanzó un costo total de 98.000.000$ aproximadamente.

La superficie cubierta total del edificio es de alrededor de los 30.000m2. y está hecha en tres cuerpos de edificio. – En el 1 Halls- oficinas, museos y cine- En el 2 las dos salas y en el 3 Talleres y camerinos-

Por razones de precio o practicidad se trató de utilizar al máximo productos nacionales y explotar sistemas industriales standards.

Oficialmente se inauguró el 25/5/1960 a pesar de que partes de la obra no estaban terminadas apresurándose dicho acto a raíz del trágico incendio ocurrido en Teatro Nacional Cervantes, para tratar de dar ubicación a la Compañía .de actores 

La citada inauguración fue simbólica y estaba enmarcada en los actos del sesquicentenario de la Revolución de Mayo. En 1961 las salas se poblaron de la magia del actuar.

Bibliografía

Álvarez, Mario Roberto, Ruiz, Macedonio Oscar

Teatro Municipal General San Martín, Ediciones Infinito, Buenos Aires, 1959

Buchrucker, C.,

 Nacionalismo y Peronismo. La Argentina en la crisis ideológica mundial (1927-1955), Sudamericana, Buenos Aires, 1987

Cavalli-Sforza, Luca y Francesco 

Quiénes somos. Historia de la diversidad humana. Barcelona, Crítica, 1994. 

 Matsushita, Hiroshi, 

 El movimiento obrero argentino, 1930-45, Buenos Aires, Hyspamérica, 1986;  

 Roquieu, Alain

Poder militar y sociedad política en la Argentina, Buenos Aires, EMECE, 1983.

Sartori, Giovanni 

La sociedad multiétnica. Pluralismo, multiculturalismo y extranjeros. Madrid, Taurus, 2001. 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *