Nos solidarizamos con el sindicato de trabajadores de la Universidad de Puerto Rico quienes se encuentran en huelga exigiendo les aumenten el salario y sus condiciones de trabajo. Este es uno de los muchos ejemplos en que podemos ilustrar la guerra de clases en este país

“Esto es inaceptable. Para la UPR, es algo garrafal. ¿Cómo es posible que el primer centro docente del país le pague eso a sus empleados?”, dijo a EFE Juan Pinto, delegado del Sindicato de Trabajadores del Recinto de Ciencias Médicas de la UPR y fontanero del campus por 30 años.”
Nos solidarizamos con el sindicato de trabajadores de la Universidad de Puerto Rico quienes se encuentran en huelga exigiendo les aumenten el salario y sus condiciones de trabajo. Este es uno de los muchos ejemplos en que podemos ilustrar la guerra de clases en este país. Tenemos por un lado a “académicos” cobrando un dineral por dirigir el primer centro docente del país que tiene como propósito el desarrollo de futuros profesionales y por otro a quienes tienen la tarea de mantener y limpiar las facilidades cobrando una miseria que no da para costear nada en el Puerto Rico actual.
¿Acaso los trabajadores de mantenimiento no son esenciales? ¿Quién quiere trabajar y estudiar en una universidad sucia y abandonada? En expresiones del Presidente de la UPR, Luis Ferrao, hace un llamado a desistir de la huelga y a tener calma. ¿Qué calma van a tener empleados que apenas tienen para costear necesidades básicas? Es muy fácil hablar desde la comodidad de su silla y con un sueldo de $175,000 al año.
Hace años está bien claro que quienes verdaderamente afectan la educación universitaria son quienes se enriquecen aumentando costos en matrículas, dejando perder las facilidades y manteniendo a la plantilla de empleados con salarios perversos en un país en el que todo ha ido en aumento.