Una experiencia personal con Daniel Santos

por Manuel E. Meléndez Lavandero
La foto donde aparecen Daniel Santos, Divilita y Pedro Flores me trae buenos recuerdos por par de razones.
Una primera razón, la cual comparto con grandes sectores del pueblo puertorriqueño, sobre todo, ese sector envejeciente, que vamos dominando el por ciento mayor de habitantes boricuas en la isla; quienes tuvimos el privilegio de haber disfrutado de las canciones escritas e interpretadas por ellos.
El otro recuerdo es un tanto mas cercano. La foto es tomada en la casa donde vivía Daniel Santos en Levittown. En la misma había instalado un busto, fundido en bronce, con la cara y en honor a Don Pedro Albizu Campos. Daniel Santos era independentista y nacionalista.
¡Por eso la química con Pedro Flores, y con Davilita, con quienes grabo el famoso disco, Yanqui Go Home!
Para el año 1974 era yo, presidente del Consejo de Estudiantes de la Escuela Superior Doctor Pedro Albizu Campos, en Levittown. Conocíamos de la figura de Daniel Santos. También supimos que tenia el busto de Don Pedro frente a su casa. Se nos ocurrió visitarlo, con varios propósitos; a) conocer a Daniel Santos, ¡b) admirar el busto de Don Pedro y c)! pedirle a Daniel Santos que nos donara el busto de Don Pedro para la escuela que lleva su nombre!
Bastante inocentes, y atrevidos concertamos la cita en casa de Daniel Santos. Llegamos una delegación de unos tres compañeros, e hicimos ese protocolo de presentarnos, ver y admirar el busto, luego de lo cual Don Daniel nos invito a entrar a su casa y seguir conversando. Nos trajeron algunas cervezas y entremeses. La esposa de Don Daniel era una mujer india morena, colombiana, mucho más joven que él. Nos sirvió un par de cosas y discretamente ya no estaba por allí.
Daniel Santos nos hizo la historia del busto de Don Pedro. No recuerdo el artista, pero si que fue fundido en bronce en la Republica Dominicana y que estuvo mucho tiempo entre aduanas. Primero por dificultades para sacarlo de la aduana en República Dominicana y luego para entrarlo a la aduana gringa en Puerto Rico.
¡El regreso de Don Pedro!
Imaginen el respeto inmenso que tenía Don Daniel Santos por Don Pedro Albizu Campos, que no se detuvo ante ningún obstáculo para rendirle honor por medio de un busto de su carismática cara, buscar donde hacerla bien hecha y con gente de confianza, luego todos los pormenores hasta hacerlo llegar e instalarle un altar, frente a su casa en Levittown.
Después de escuchar esa historia, y de la manera más ingenua, falto de tacto y diplomacia, muy propia de la juventud, se me ocurre pasar al tema de decirle a Don Daniel Santos, que parte de nuestro propósito de esa visita era solicitarle que nos donara el busto para la Escuela Don Pedro Albizu Campos de Levittown.
Puedo resumir diciendo que Daniel Santos nos trató con mucho respeto, pero luego de escuchar lo que yo le acababa de proponer; el hombre se acomoda en su sillón, le da un sorbo a su trago y nos dice más o menos de esta manera: Ya tú viste, te conté de los trabajos que pasé y lo mucho que me tuve que joder para tener ese busto aquí. Yo les aconsejo que busquen ustedes un artista que les haga el arte, lo manden a fundir y eso lo logren por ustedes mismos.
Bueno, y nos despedimos y todo lo más chévere. Nos fuimos sin el busto claro, pero con una clase magistral de Don Daniel Santos.