50 años después, está también preguntándose cuáles son los desafíos para la sociedad chilena, que fue tan marcada por ese proyecto neoliberal que comenzó justamente a partir del golpe de Estado
Transcripción de la columna de Karina Batthyány
en InfoCLACSO – 13 de septiembre de 2023
Hoy, nos encontramos con un Chile que está trabajando en la conmemoración en dos sentidos: recuerda los 50 años del golpe de Estado, pero sobre todo retoma lo que fue la experiencia de los mil días de Salvador Allende en su gobierno de la Unidad Popular. 50 años después, está también preguntándose cuáles son los desafíos para la sociedad chilena, que fue tan marcada por ese proyecto neoliberal que comenzó justamente a partir del golpe de Estado.
El golpe de Estado de Chile se da para implantar el modelo neoliberal. Chile fue el modelo de implantación de esas políticas tan brutales que propone el neoliberalismo, que va en contra de los conceptos de igualdad, justicia social y bienestar para todos y todas. Hoy, además, podemos analizar en perspectiva cómo fortalecer los procesos democráticos para que las consignas de erdad, Justicia y Nunca Más (que hemos repetido en el ciclo 40-50-50 de CLACSO) sean efectivamente una realidad.

En el marco de los mil días de Allende y con las nuevas derechas actuales, hay una propuesta central de trabajo en torno a la memoria que cobra vigencia. Quiero resaltar todo el trabajo que venimos realizando en 2023 desde CLACSO, vinculado al 40-50-50, esto es, los 40 años de democracia en Argentina, los 50 años del golpe en Uruguay y los 50 años del golpe en Chile.
Hay que trabajar con esa memoria para que efectivamente se tenga presente lo que ocurrió, se conozca y no se dé lugar a los discursos que estamos viendo aparecer en muchos países de América Latina y el Caribe vinculados a una especie de reivindicación de lo que ocurrió durante el golpe de Estado. Estos son discursos negadores de lo que fueron el Plan Cóndor y el plan masivo de aniquilación de los movimientos populares y de los gobiernos que pretendían avanzar en medidas de justicia social, igualdad y bienestar para todos y todas.
Hoy, es esa la disputa. Debemos trabajar a partir de la memoria como forma constructora del presente, para que la consigna Nunca Más efectivamente tome cuerpo. Además de recordar los hechos trágicos de hace 50 años para que no se repitan, es importante recuperar la experiencia de aquellos mil días de gobierno de Allende, es decir, esas medidas de un gobierno que planteaba otra mirada sobre la posibilidad de desarrollo en Chile.
Esto hay que analizarlo en la clave histórica de ahora, el momento que estamos atravesando. Actualmente, emergen discursos asociados a la derecha que no solo pretenden negar lo ocurrido, sino incluso seguir instaurando modelos neoliberales, donde el lugar central lo ocupa el mercado y las distintas medidas tendientes al desarrollo y el bienestar de las personas que habitan estos territorios, quedan en un segundo lugar.
Recuperemos el análisis de los mil días de Allende para traerlo al momento actual. Evidentemente, hay algunas cosas que han cambiado, como por ejemplo los planteos que vienen desde los movimientos feministas en Chile y en la región, que no estaban presentes hace 50 años.
Tomemos esas experiencias, coloquémoslas en clave presente, densifiquémoslas en términos de contenidos y pensemos las alternativas hacia adelante. Queda muy claro que esas alternativas no serán por la vía de la lógica del mercado, sino poniendo a las personas y a la vida en el centro.
Los Estados cumplen allí un papel fundamental para garantizar el bienestar de cada una de las personas. También deben garantizar la democracia en un sentido amplio, más allá de la democracia política, incorporando sus dimensiones sociales, culturales y económicas. Ese es el desafío que hay hoy en Chile y en otros países de nuestra región: trabajar en clave de mirada histórica con los desafíos presentes. Por eso desde CLACSO estamos impulsando la Plataforma para el Diálogo Social sobre Democracia, Memoria y Derechos Humanos.
En este año 2023, en los tres países, Argentina, Uruguay y Chile, estamos rememorando y trabajando en torno a la memoria de lo acontecido para mostrar que el Plan Cóndor se propuso de manera articulada ir en contra de los procesos populares que estaban ocurriendo en todos nuestros países para instalar en cambio el modelo neoliberal. Un Plan Cóndor que se desarrolló en la región con el apoyo del exterior, tanto del norte de Nuestra América como también de gobiernos del norte extrarregionales.