Skip to content

El arresto de Ismael Guadalupe

Spread the love

Un día como hoy, hace 43 años fui sentenciado a prisión en la Corte Federal por el verdugo juez Torruella.

Ya antes había sentido la amenaza de los Federales cuando, siendo joven, me negué a tomar el examen para ir a Vietnam. Entendí que, al negarme al tomar el examen, atrasaba mi reclutamiento a la guerra de Vietnam. La presión llego rápido. Visita de agentes federales a mi salón de clase, mi casa y la presión de una directora de la escuela que había sido militar.
Estaba solo en esta lucha en Vieques. El único que se había atrevido a rechazar el reclutamiento lo fue el mártir Roberto Acevedo quien cumplió años en Atlanta.

Inspirado por Roberto y su entrega hasta la muerte en Fortaleza hice frente al aparato represor. Seguro que otros viequense hicieron lo mismo.

Ya de adulto, volvía a enfrentar al sistema militar opresor, esta vez al sentenciado un día como hoy hace 43 años, por la Paz de mi Vieques. Antes de llegar al juicio me había preparado leyendo sobre  todo “ La historia me absolverá “ de Fidel Castro cuando bajo el dictador Batista fue procesado y sentenciado en un tribunal de Cuba. Reconocido como un gran tribuno, de oratoria impresionante, inteligencia privilegiada, valiente y armado de un dominio de muchos conocimientos Fidel hizo frente a ese tribunal. Me leí su defensa para nutrirme de esa experiencia de Fidel. Conociendo que Fidel era algo excepcional al cual jamás pretendería imitar, aún así su enseñanza era importante.

Previo al juicio no dejaba de preocuparme sobre todo por mi madre a quien estuve atado toda mi vida. Luego del asesinato de mi padre en el 1954 mi madre se convirtió en madre y padre.
Me dolía dejarla sola. Pero tenía la certeza de que otros sabrían cuidar de ella.

Pero tuve una sorpresa el día antes del juicio, cuando fui a despedirme de mi madre. Ella se oponía a mi encarcelamiento. Cuando le digo mi determinación me dice:
“Hijo vete y cumple; que te espero para que sigas luchando.“

Se me formó un nudo en mi garganta y salí con mucho valor a hacerle frente a los verdugo de Vieques. Tenía muchas cosas en mi cabeza que me daban ánimo: quería enviarle un mensaje al liderato de Vieques de la necesidad de que debían asumir su responsabilidad con valentía ante el tribunal que abusaba de Vieques. La mayoría de los arrestados eran compañeros no viequenses, mientras los viequenses huían su responsabilidad.
El propio comité al cual yo pertenecía me presionó para que yo desistiera de mi decisión. El trato hacia mí no fue de lo mejor. Hubo compañeros de Vieques como Prieto Ventura, Iti Olivieri y Ernesto Peña que afrontaron con valor ese encerramiento.

Al año de mi regreso de la prisión fui despedido del Comité Pro Rescate y Desarrollo de Vieques. Mucha gente apoyó a mi familia. En Vieques comerciantes se ofrecían con alimentación, otros en la reconstrucción de mi casa, pero otros los que muchos estaban al lado mío velando porque los celos se los comían.
Vieques necesita desarrollar un nuevo liderato, con visión hacia dónde continuar y que ampliara su concepción política, más allá de la partidaria. Por ejemplo a mí se me excluyó de varios espacios sólo porque yo no voté por Romero Barceló. La influencia de Romero era inmensa. Es lamentable que desde la Isla Grande se nos trate de impulsar liderato que Vieques rechaza.

Por Vieques hablamos, y seguiremos hablando, los viequense.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *