Olga Vega Fontánez
Recuerdo tenía 9 años, esa noche no había pandereta, ni fiesta en la marquesina de la abuela. Ni mucho menos sidra para la representación teatral del borrachito con los primos … Esa noche olía a tragedia…
A mis 9 años no sabía que era el Dupont… Apenas tenía una idea vaga de lo que era “el Condado”, pero por años zigzagueaban en mi memoria aquellas palabras “Olguita se está quemando el Dupont”, decía ella, mi madre, mientras me preparaba para la fiesta de fin de año…
Esa experiencia de fin de año fue trastocada por la representación mediática: humo, llanto, gritos, corre y corre y aquel sonido imponente de las hélices, de las alas de ángel, que intentaban llevar salvación a aquel espacio.
Imágenes, sonidos y olores que resuenan que nos hablan de un conflicto laboral, de la memoria colectiva, de una experiencia que trastoca la historia puertorriqueña. Historia que dio un giro trascendental en la legislación sobre asuntos de seguridad: alarmas de incendio, material flamable, sistemas de riego, y procedimientos operacionales.
Historia que revive en cada una de las palabras de este texto, que me llaman, que nos llaman… Yadilyz BNRicardo Santana Ortiz
No sé como llegué aquí… sólo sé que fue una misión, un deadline para un festival de terror y de ahí una investigación muy exhaustiva con ayuda de algunos colegas en Colecciones Puertorriqueñas Amnerys NicoleGina Alamo…y ahí llegué a donde tenía que llegar…
Agradecida de grandes compañeros y amigos, porque el teatro es colectivo, y sobre todo, grandes talentos; los invito a esta puesta en escena…con la magistral dirección de Pedro Rodiz y mis amigos y compañeros ya mencionados en este escrito.
Esta historia es importante, es un trabajo honesto y como mucho cariño y muy trascendental en la historia nuestro país…
Por que la historia no es la misma desde aquel 31 de diciembre de 1986.