El veterano reportero publicó su más reciente libro, “Enheduanna y Semíramis”

viernes, 24 de marzo de 2023 – 1:30 p.m.
Por Víctor Ramos Rosado El Nuevo Día
Mucho se ha repetido que el ejercicio del periodismo funge como primer borrador de la historia. Como todos los refranes y decires populares, este tiene algo de verdad. Ha sido en las manos de periodistas que se han hilvanado los hilos que bordan el tejido de nuestro pasado.
Para Jesús Dávila, ambas disciplinas existen en balance perfecto. Se trata de un tipo de simbiosis. Dávila aprendió muy temprano en su carrera, que las herramientas que se usan para la historia y para el periodismo no son tan distintas.
“Yo soñaba con ser periodista desde que tenía 6 años. Pero cuando yo empecé como periodista no se había fundado todavía la escuela de periodismo de la universidad, tú tenías que formarte, como en la edad media, que alguien te enseñara. Y entonces yo conseguí trabajo como asistente de investigación del periodista Harold Lidin, que estaba escribiendo un libro de historia y necesitaba alguien que le asistiera”, explica.
Fue de la mano de Lidin que se sentaron las bases para una larga y contundente carrera periodística. Pero su interés con la historia y lo que nos puede decir sobre el presente nunca desvaneció.
“Es a través de la investigación histórica para un periodista que yo voy aprendiendo el oficio de periodista. Así que ya yo estaba marcado porque mi llegada al periodismo era la historia, pero no era la historia académica, era la historia para conseguirle cosas al periodista que estaba escribiendo”, dice.
Armado con ese contexto y conocimiento, Jesús Dávila ha publicado una serie de libros de periodismo histórico a través de su extensa carrera profesional. El más reciente de ellos se titula “Enheduanna y Semíramis”, bajo el sello del Proyecto de Periodismo Histórico. La publicación contiene dos largos reportajes que exploran los orígenes y la influencia de las importantes figuras femeninas cuyos nombres fungen como título y cuyas leyendas han acompañado a la humanidad por muchos siglos.
Pero antes de ir tras la pista de estas dos figuras, el trabajo de periodismo histórico de Dávila empezó a nivel local. “Yo fui orientando mi trabajo periodístico a la búsqueda de la historia. Tuve una gran oportunidad cuando en los años 80 se formó el lío con las carpetas de subversivos”.
Durante mucho tiempo el tema de las carpetas se trataba como un rumor, una leyenda urbana cuya realidad las autoridades negaban rotundamente.
“Al principio lo que había era la denuncia de que había carpetas y la reacción de policías vinculados al Cerro Maravilla que decían ‘no es que persigamos gente porque sí, es que tenemos una lista de separatistas y subversivos’. Y esa lista se filtró”, rememoró.
Una serie de reportajes suyos para Prensa Unida, un servicio de noticias, dedicadas al tema de las carpetas y a sus orígenes, fueron merecedores del Premio Especial Eddie López a la Excelencia Peridística, ortogado por el Overseas Press Club.
“Así que y yo seguí con esa chavienda de que hay que buscar de dónde vienen las cosas”. Esas investigaciones dieron paso a sus primeros libros de periodismo histórico, como “Foxardo 1824 y el borbardeo ritual de Vieques” y luego “Lenguaje, género e historia”.
En esta ocasión, Dávila decidió poner la lupa sobre las dos mujeres que le dan el nombre a su libro. De la mano de rigurosa documentación, el veterano periodista trazó las vidas e influencias de Enheduanna y de Semíramis y cómo sus legados perduran en la sociedad moderna.
Su investigación originó de forma orgánica, pues mientras más aprendía de estas dos mujeres, más se inmiscuía en sus representaciones a través de la historia. En el caso de Enheduanna, es considerada una de las figuras más importantes de la cultura de Sumeria, al igual que la primera autora en el mundo. Era una sacerdotisa con un rol de liderato crucial en su sociedad.
El caso de Semíramis es un poco más complejo porque, aunque aparece mencionada en varias obras importantes de la literatura universal, no se ha encontrado evidencia definitiva de su existencia. Ante este panorama, Dávila trató su figura como una leyenda popular que trascendió a varias culturas. Los mitos e historias que la representan son variados, pero en la mayoría de las instancias la presentan como un tipo de reina guerrera que jugó papeles cruciales en la mitología mesopotámica.
Para Dávila, la meta detrás de su labor periodística se trata de crear una mayor consciencia sobre el papel que la humanidad ha jugado en su propia historia y de cómo las mujeres han sido clave en la formación de nuestro mundo.
“La historia de la humanidad es la historia de cómo el poderoso se esclaviza al infeliz. Y ya cuando lleguemos allá, en una utopía en el futuro, pues llegaremos a la justicia que esa no fue la historia, que eso no empezó así. Me interesa que se entienda el papel protagónico del ser humano en su historia y el ser humano viene varón y viene mujer. Y eso es aparte que cuáles sean las orientaciones, preferencias o identidades, pero la historia la hicieron todos juntos”, sostuvo.