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“En modo de supervivencia” los hospitales de Puerto Rico

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Buenos días. La nota del día la dedicamos al tema de la salud en Puerto Rico. Presentamos una compilación de tres noticias que recogen la venta del recién construido hospital Sabanera Health por PRISA Group a una firma floridiana de nombre Orlando Health. La entrada de inversionistas en la industria de salud es una muestra de las debilidades del área de la salud en Puerto Rico y como esta se ve como un negocio más.

También presentamos otra nota que detalla la situación económica que atraviesa la industria de hospitales. Fusiones, quiebras y reclamos de más fondos federales es la propuesta de este sector que prevé más ventas y consolidaciones de facilidades.

Mientras, los pacientes pasan las de Caín tratando de recibir una cita y tratamientos óptimos. ¿La fuga de especialistas y la búsqueda de facilidades adecuadas es la orden del día? ¿Cómo el pueblo se afecta y que reclamos se deben hacer?

Tenemos que pensar en alternativas que vayan más allá de solicitar más dinero en fondos federales. Hay que pensar en modelos ajustados a nuestra realidad para que de manera efectiva y consistente atiendan la salud de los puertorriqueños.

Luis Pedraza Leduc

Orlando Health compra el hospital Sabanera Health en Dorado

La institución, que abrió parcialmente en marzo, se llamará ahora Doctors’ Center Hospital | Orlando Health Dorado

miércoles, 19 de octubre de 2022 – 2:39 p.m.

Por José Orlando Delgado Rivera

La construcción de lo que era Sabanera Health fue anunciada en 2019. (Suministrada)

A solo ocho meses de que el hospital Sabanera Health, en Dorado, comenzó su proceso escalonado de apertura, Orlando Health, una organización de atención médica sin fines de lucro que sirve al sureste de los Estados Unidos, adquirió la participación de PRISA Group y Triple-S Management en la institución hospitalaria.

Tras la transacción, cuyo monto no fue revelado, el hospital se llamará Doctors’ Center Hospital | Orlando Health Dorado, según un comunicado de prensa. Doctors’ Center Hospital está ligado al proyecto desde que se anunció en 2019, ya que su presidente y principal oficial ejecutivo, Carlos Blanco, fue uno de los inversionistas que dieron vida a la instalación diseñada para impulsar el turismo médico en Puerto Rico.

“Existe una profunda conexión entre la región Central de Florida y Puerto Rico”, expresó el presidente y principal oficial ejecutivo de Orlando Health, David Strong. “Orlando Health trabajará con el Doctors’ Center Hospital para mejorar el cuidado médico en la isla y en Florida Central”. El hospital, que recibió $34.9 millones en créditos contributivos por parte de la Compañía de Turismo de Puerto Rico (CTPR), posee 75 habitaciones privadas para pacientes individuales y 20 suites, ocho unidades de cuidado intensivo, cuatro unidades neonatales de cuidado intensivo y clínicas especializadas atendidas por médicos de clase mundial.

Además de los servicios para pacientes hospitalizados, servicios ambulatorios y sala de emergencias, las instalaciones incluyen una clínica de 20,000 pies cuadrados de especialidades múltiples.

“Esta transacción representa una oportunidad para compartir algunas de nuestras mejores prácticas y exportar nuestra experiencia mientras brindamos atención culturalmente relevante a nuestros socios de Orlando Health. Los médicos y líderes de ambas organizaciones han adoptado esta relación, que mejorará la atención médica para individuos y familias en Florida Central y en Puerto Rico”, expresó Blanco.

El sistema de salud con sede en Orlando y el Doctors’ Center Hospital también sellaron un acuerdo colaborativo para formar equipo en cuatro hospitales adicionales en la isla: Doctors’ Center Hospital San Juan, Doctors’ Center Hospital Bayamón, Doctors’ Center Hospital Manatí y Doctors’ Center Hospital San Fernando de Carolina. A través del acuerdo, Doctors’ Center Hospital continuará operando los cinco hospitales, se informó. Para Blanco, los pacientes que residen o viajan entre Orlando y Puerto Rico se beneficiarán de la alianza, pues, aseguró, la colaboración entre los médicos de ambas instituciones mejorará la calidad de la atención médica y la continuidad de los servicios, especialmente, para los viajeros que sufren afecciones crónicas que requieren intervención médica regular.

“Por muchos años, hemos tenido el honor de contar con destacados médicos, empleados y otros profesionales de la salud puertorriqueños entre nuestro personal. Su conocimiento, compromiso y responsabilidad son fundamentales para el éxito de Orlando Health. Tenerlos en nuestro equipo brinda la oportunidad de compartir sus conocimientos y experiencia con sus contrapartes en Puerto Rico, al mismo tiempo que comparten los mismos valores culturales. Vemos muchas más oportunidades para la colaboración adicional, en investigación, educación médica, personal y otras áreas”, subrayó Strong. Tanto Federico Stubbe, hijo, principal oficial ejecutivo de PRISA Group, como Roberto García, presidente y principal oficial ejecutivo de Triple-S Management, se mostraron satisfechos con la transacción, la cual, a su juicio, solidificará la relación de Puerto Rico con el mercado de Florida. “Estamos encantados de que Orlando Health venga a Puerto Rico para encaminar nuestra visión de elevar el estándar de atención en la isla al próximo nivel de excelencia”, expresó Stubbe.

Con esta transacción, suman tres los hospitales que cambiaron de dueño en menos de dos meses. La semana pasada, el Sistema de Salud Menonita (SSM) llegó a un acuerdo para adquirir el hospital San Cristóbal, en Ponce, por una cantidad no divulgada.

Mientras, el Sistema de Salud San Lucas compró en septiembre pasado, el hospital HIMA San Pablo, en Cupey, antes conocido como hospital San Gerardo.

Según expertos consultados recientemente por El Nuevo Día, los movimientos de compraventa y fusiones de hospitales continuarán por los próximos meses, ya que las finanzas de estas instituciones están frágiles, debido a una reducción dramática en las tasas de ocupación y pérdidas multimillonarias asociadas a la pandemia del COVID-19.

En específico, este medio reportó el domingo que las estadías en los hospitales cayeron casi un 10% entre 2015 (67.10%) y el segundo trimestre de 2022 (57.77%), según una encuesta elaborada por la firma Galíndez LLC. Mientras, un análisis realizado por la firma Birling Capital Advisors arrojó que, desde el inicio de la pandemia, hasta octubre de 2021, el ecosistema de salud de Puerto Rico, que incluye los hospitales, perdió sobre $1,000 millones en ingresos. De hecho, Francisco Rodríguez-Castro, presidente y principal oficial ejecutivo de Birling Capital Advisors, aseveró que el promedio del Índice de Margen Operacional de los hospitales reflejó una reducción de 0.3% hasta agosto de este año, lo que demuestra que algunas organizaciones continúan enfrentando pérdidas. Este índice analiza los ingresos que recibe el hospital versus el costo relacionado con el cuidado del paciente.

Por tanto, el asesor financiero anticipó que, en un plazo de cuatro años, unos 30 hospitales tendrían que reducir operaciones significativamente y otros 15 tendrían que fusionarse o cerrar. “Va a haber una transformación y consolidación grande en el sector de hospitales”, aseguró.

 

“En modo de supervivencia” los hospitales de Puerto Rico

Expertos vaticinan más consolidaciones y cierres de hospitales en la isla ante la dramática reducción en la tasa de ocupación y pérdidas multimillonarias por la pandemia

sábado, 15 de octubre de 2022 – 11:40 p.m.

Por José Orlando Delgado Rivera

Desde el inicio de la pandemia hasta octubre de 2021, el ecosistema de salud de Puerto Rico, que incluye los hospitales, perdió sobre $1,000 millones en ingresos, según un estudio de Birling Capital Advisors. (Archivo)

Con una reducción dramática en la tasa de ocupación de los hospitales privados en Puerto Rico y pérdidas multimillonarias asociadas a la pandemia del COVID-19, la industria hospitalaria del país está “en modo de supervivencia”. Así lo aseguró Julio Galíndez, socio director de Galíndez LLC, al destacar que las estadías en los hospitales cayeron casi un 10% entre 2015 (67.10%) y el segundo trimestre de 2022 (57.77%), según una encuesta elaborada por la firma de contabilidad y asesoría. Dichas cifras, a su juicio, significan que hay instituciones hospitalarias que “ni tan siquiera están cubriendo su costo fijo”, considerando que una tasa de ocupación saludable asciende a un 75% o más del total de camas disponibles en un hospital.

Puerto Rico cuenta con 68 hospitales, entre públicos y privados, con un total aproximado de 9,200 camas de hospitalización, según la Asociación de Hospitales de Puerto Rico.

 “Previo a la pandemia, e incluso previo al huracán María, el modelo de servicio de salud cambió drásticamente”, expresó Galíndez al detallar las razones para la caída del sector.

Añadió que la tendencia a la baja se acentúo con la llegada del COVID-19 en 2020, así como con la merma poblacional que experimenta la isla. Según el Censo de 2020, en Puerto Rico vivían alrededor de 3.1 millones de personas para ese entonces, lo que representó unas 700,000 personas menos en dos décadas.

“Otro factor que no podemos perder de perspectiva es que hay condiciones de salud que se pueden tratar en la casa del paciente, sin que el paciente esté obligado a ir a un hospital”, mencionó Galíndez. Agregó que la efectividad de los medicamentos también ha contribuido a que tratamientos que antes se administraban en el hospital puedan recibirse en casa.

Jaime Plá, presidente de la Asociación de Hospitales, reconoció que la baja en el censo colocó a ciertas instituciones en aprietos económicos durante la pandemia. Precisamente, un análisis realizado por la firma Birling Capital Advisors arrojó que, desde el inicio de la pandemia, hasta octubre de 2021, el ecosistema de salud de Puerto Rico, que incluye los hospitales, perdió sobre $1,000 millones en ingresos. Aunque la crisis se atendió a corto plazo con una inyección de $300 millones en fondos federales asociados con la pandemia, Plá señaló que la fragilidad de las finanzas hospitalarias persiste, lo que -entre otras cosas- coloca a estas entidades en desventaja para encarar la fuga de profesionales de la salud.  “Hay muchos hospitales que siguen comprometidos porque el censo (de hospitalizados) no ha subido”, apuntó.

 

Fragilidad evidente

Desde la perspectiva de Galíndez, los recientes eventos de compraventa y quiebra al interior del sector son reflejo de la fragilidad que encaran estas organizaciones. La semana pasada, por ejemplo, el Sistema de Salud Menonita (SSM) llegó a un acuerdo para adquirir el hospital San Cristóbal, en Ponce, por una cantidad no divulgada. El hospital emplea unos 410 profesionales, incluyendo una facultad de cerca de 100 médicos en diferentes especialidades.

De igual forma, el Sistema de Salud San Lucas compró en septiembre pasado, el hospital HIMA San Pablo, en Cupey, antes conocido como hospital San Gerardo.

Aunque el monto de la transacción no se divulgó, se informó que el acuerdo incluyó la compra de todos los activos inmuebles y muebles del hospital secundario con licencia para 160 camas, una sala de emergencia, laboratorio clínico y las principales modalidades de radiología.

En tanto, el caso más notorio ha sido el hospital San Jorge, en Santurce, que se acogió a la protección del Capítulo 11 de la Ley federal de Quiebras, tras acumular deudas que totalizan los $55.34 millones. El acreedor principal del San Jorge es Oriental Bank, al que adeuda $38.62 millones, según el Boletín de Puerto Rico. Además de Oriental Bank -cuya deuda es asegurada-, solo por el gasto de electricidad, San Jorge adeuda sobre $7 millones. Específicamente, adeuda a LUMA Energy unos $4.47 millones y otros $3.2 millones a la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE). También adeuda alrededor de $1.65 millones a Denisse De Moya Burgos, y a la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados, adeuda $453,551.

 “Creo que lo que le ocurrió a San Jorge no será un evento aislado y no dudaría que otros (hospitales) tengan que acogerse a ese mecanismo (de quiebra)”, reconoció Galíndez, quien ha asesorado a los principales hospitales del país por sobre 35 años. Francisco Rodríguez-Castro, presidente y principal oficial ejecutivo de Birling Capital Advisors, coincidió con Galíndez. Aseguró que en Puerto Rico, al igual que en Estados Unidos, los hospitales operan por debajo de los niveles previos a la pandemia.

Aseveró que el promedio del Índice de Margen Operacional de los hospitales reflejó una reducción de 0.3% hasta agosto de este año, lo que demuestra que algunas organizaciones continúan enfrentando pérdidas. Este índice analiza los ingresos que recibe el hospital versus el costo relacionado con el cuidado del paciente.

Viene una ola de fusiones

Con este escenario en frente, el asesor financiero anticipó que, en un plazo de cuatro años, unos 30 hospitales tendrían que reducir operaciones significativamente y otros 15 tendrían que fusionarse o cerrar. Sin embargo, también se espera la apertura de nuevos hospitales, como el Sabanera Health, en Dorado, que comienza a operar de manera “escalonada”. El hospital, desarrollado por PRISA Group, abrió su sala de emergencias y emergencias pediátricas, un área radiología y laboratorio y un número limitado de clínicas de médicos especialistas. “Va a haber una transformación y consolidación grande en el sector de hospitales”, aseguró Rodríguez-Castro.

Jorge Pesquera, presidente del Colegio de Administradores de Servicios de Salud de Puerto Rico (CASS), tampoco descartó futuras consolidaciones de hospitales, con la intención de “sobrevivir” a la crisis.

 “Al tener más hospitales, compras más sueros, más material y buscas precios de descuento. Una sola administración maneja más instituciones y tiene unos ahorros al pertenecer a un sistema robusto”, consideró.

Una carga económica onerosa

El panorama perdidoso de los hospitales a causa de la pandemia y los cambios demográficos se acentúo con la inflación y las continuas alzas en la factura de energía eléctrica, que en algunos de los casos ha representado incrementos de hasta 30%, según los entrevistados.

Galíndez teorizó que los hospitales hacen malabares para cumplir con los gastos operacionales, a la vez que se endeudan para obtener otros servicios o productos.

“Hay suplidores que han seguido proveyendo medicamentos, suplidos y servicios y son los que, de alguna forma, han ayudado a los hospitales a continuar operando, pese a que el hospital no está en una situación económica saludable”, señaló el experto.

La carga económica continuará en incremento para los hospitales privados, cuando en julio de 2023 entre en vigor el aumento de salario para los profesionales de la enfermería, según dispuso la Ley 136 de 2020, que firmó la exgobernadora Wanda Vázquez Garced. Tanto Ricardo Hernández, director ejecutivo de Menonita, como José Luis Rodríguez, vicepresidente y director ejecutivo del hospital de San Jorge, respaldaron el aumento de salario, pero se mostraron preocupados con cómo la industria lo absorberá. Bajo las nuevas escalas salariales, los enfermeros prácticos sin experiencia en el sector privado comenzarían en $1,750 al mes, por ejemplo. Mientras, los enfermeros generalistas sin experiencia alcanzarían unos $2,750 y los enfermeros generalistas con experiencia llegarían a $3,000.

 “¿Tú te imaginas un hospital con problemas financieros absorbiendo un 20% a 25% de aumento en el salario de las enfermeras, sin que haya una compensación adecuada a través de los programas de salud que vienen de Estados Unidos?”, cuestionó Hernández. Entre las cargas económicas de algunos hospitales también figura el recobro de los adelantos millonarios que Medicare concedió en medio de la pandemia. Ese dinero, contó el ejecutivo, fue utilizado por ciertas instituciones para atender su operación, incluyendo la nómina. Menonita, aseveró, ya saldó su deuda, pero ese no es el caso de otros hospitales.

“Los hospitales que no tuvieron buen éxito en la pandemia, hoy van a pagar la deficiencia de ese periodo de tiempo. Esos son los hospitales que están empezando a tener problemas financieros y yo me temo que pueda haber más que tengan dificultades reales”, lamentó.

Un reclamo unísono

Al indagar acerca de las posibles soluciones para robustecer la red hospitalaria de Puerto Rico, todos los entrevistados por Negocios coincidieron en que el sistema de salud de la isla necesita paridad en los programas Medicare y Medicaid. “Una de las cosas que estamos buscando es la igualdad con los hospitales de Estados Unidos. Que nos paguen lo mismo, que nos den los mismos reembolsos. Nos regimos por los mismos estándares que se rigen los hospitales de Estados Unidos, pero lo tenemos que hacer con menos recursos”, expresó el director médico y principal oficial médico del Sistema de Salud San Lucas, Edgar Domenech.

De acuerdo con Rodríguez-Castro, el programa de Medicare en Puerto Rico ha enfrentado reducciones de sobre 90% desde 2011, mientras que en Estados Unidos ha aumentado un 4%. “Es esta disparidad con las tarifas de Estados Unidos uno de los mayores desafíos financieros de todo el ecosistema de salud”, reclamó Rodríguez-Castro.

Respecto al Medicaid, Plá recordó que todos los años hay que acudir al Congreso de Estados Unidos para reclamar los dineros necesarios para financiar la mayor parte del Plan de Salud del Gobierno (PSG). En marzo de este año, el Congreso avaló un pareo federal -FMAP, por sus siglas en inglés- que subió, del 55% que establece la ley federal permanente, a 76%. Bajo la asignación vigente de cerca de $3,000 millones anuales, ello ahorra al gobierno de Puerto Rico más de $500 millones cada 12 meses. El pareo expira el próximo 13 de diciembre, por lo que el cabildeo del sector y el gobierno se intensificará nuevamente en la capital federal.

Si tales fondos no se consiguen, ello afectará al sector, pero también en el plan Vital y sobre todo, en la viabilidad presupuestaria del gobierno, que ahora financia la mayor parte del gasto de salud con fondos federales. “La batalla la tenemos que seguir dando para ver si llegamos a la paridad. Si nosotros consiguiéramos una cantidad de dinero cerca a los $4,000 millones, con una estabilidad de cinco años, con un aumento en el costo de vida, nosotros no estaríamos en la paridad, pero atenderíamos el problema efectivamente”, apuntó Plá.

Ante el vendaval, la presidenta de Salud Integral de la Montaña (SIM), Gloria Amador, entiende que la ruta a seguir es la innovación. En su caso, recientemente, adquirió una propiedad en Orlando, Florida, por unos $7.2 millones, para construir una clínica de salud primaria. “Estamos buscando nuevas fuentes de ingreso fuera de las fronteras de Puerto Rico, para que eso nos ayude a sustentar nuestras operaciones”, expresó. “Nos estamos saliendo de la caja para mantener la operación”.

 

Larga espera por servicios médicos ante fuga de profesionales

Instan a trabajar con los planes médicos para agilizar la contratación y otras credencializaciones, mientras el gobierno apuesta a la creación de residencias estatales o criollas

martes, 11 de octubre de 2022 – 11:40 p.m.

Por Marga Parés Arroyo

Una cita con un médico primario o de cabecera debe concederse en menos de seis días, y para un especialista no debe pasar de 24 días. Así, al menos, lo indican encuestas de organizaciones en Estados Unidos, como el Medical Group Management Association. La realidad en Puerto Rico, sin embargo, es diferente, en parte, debido a la fuga de médicos y la desproporción entre galenos y pacientes que buscan servicios, sobre todo, de especialistas.

“Todas las semanas, no hay un solo día en que tenga que dedicar los primeros minutos del encuentro con pacientes a escuchar su frustración y preocupación por la dificultad de conseguir servicios de médicos especialistas, en este caso, dermatólogos. Todos hablan de espera de meses para lograr sus citas y quejas por trabas de sus (médicos) primarios para las autorizaciones de tratamientos y medicinas”, dijo la doctora Lillian Rivera, consultora en asuntos de salud y educación médica. Indicó que recientemente una colega de salud oral le comentó sobre la cantidad de lesiones con potencial de cáncer que estaba encontrando en pacientes y la limitación de conseguir cirujanos de cabeza y cuello y maxilofaciales que los evalúen.

Mientras, una optómetra le habló de un paciente con retinopatía diabética al que recomendó tratamiento oftalmológico, pero su médico primario no le dio el referido, y al año siguiente perdió su visión. Una oftalmóloga, agregó Rivera, le comentó su incapacidad de operar pacientes por no tener número de proveedor aún. Aunque reconoció la necesidad de aumentar las residencias de medicina para promover que más profesionales se queden en la isla, Rivera señaló que la estrategia más rápida es agilizar la credencialización con los planes médicos.

“Alrededor de 200 médicos especialistas entrenados en Puerto Rico están listos para salir a la calle cada año a dar servicios. Un número de ellos va a hacer subespecialidades, pero su deseo es volver. ¿Queremos médicos rápido? Denle contratos no más tarde de los tres meses de graduados con tarifas prevalecientes, sin descuentos, y no atado a darle servicio a las clínicas aseguradoras, y vamos a poder reponer los que hemos perdido”, dijo la consultora en asuntos de salud. Sostuvo también que, para atraer a los que se han ido, las tarifas deben comparar con las de Estados Unidos y/o se debe restaurar el incentivo de 4% en la tasa fija de contribución.

 

Dan paso a las residencias “estatales”

De otra parte, el doctor Ramón Méndez, presidente de la Junta de Licenciamiento y Disciplinas Médicas, informó ayer que ese organismo aprobó recientemente crear residencias “estatales” en cinco especialidades: pediatría, cirugía general, medicina interna, obstetricia y ginecología y medicina de familia. Esa figura, recalcó, se usó en la década de 1970 -las llamadas “residencias criollas”- para atender la crisis de médicos que había entonces.  “Ese médico va a ser especialista en Puerto Rico, no en Estados Unidos”, enfatizó Méndez, al destacar que esos talleres no tendrían el aval del Consejo de Acreditación para la Educación Médica de Posgrado (ACGME).

Esas residencias estatales, abundó, estarían reconocidas por el Estado y los planes médicos. En Estados Unidos, señaló, esos médicos serían generalistas, pues no podrían practicar la especialidad que hicieron en esos programas. Esto, anticipó, aumentaría los especialistas en la isla. “Hay varios hospitales y escuelas de medicina interesados en acogerse al programa”, comentó sin precisar cuáles.

Explicó que, para que entren en efecto, se está sometiendo un proyecto ante el Senado para enmendar la ley que rige la profesión médica en la isla. La medida dispondría también que médicos graduados de países donde no se exige un bachillerato antes de estudiar medicina puedan tomar la reválida y ejercer en Puerto Rico.

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