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Florentino Rodríguez y su misión de vida con el teatro educativo

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Este año el productor teatral celebra cuatro décadas de la creación de Producciones Aragua y de su labor como productor de obras teatrales, televisivas y escolares

viernes, 28 de octubre de 2022 – 11:40 p.m.

Por Ileana Delgado Castro El Nuevo Día

El productor Florentino Rodríguez se mantiene como un defensor del teatro educativo.
El productor Florentino Rodríguez se mantiene como un defensor del teatro educativo. (Suministrada)

El romance con el teatro comenzó temprano en la vida de Florentino Rodríguez, a los siete u ocho años, desde el momento que su hermana mayor lo llevó a ver la obra “Romeo y Julieta” en el Teatro de la Universidad de Puerto Rico. Fue un amor a primera vista que, eventualmente, lo llevó a convertirse en un reconocido y prolífico productor.

Rodríguez, de 65 años, celebra en estos días 40 años de haber creado su compañía de teatro profesional, Producciones Aragua, con la que ha presentado más de 50 obras teatrales, televisivas y educativas.

“Desde muy pequeño tenía esa inclinación por el teatro. Cuando estaba en escuela intermedia había una compañía que iba por las escuelas llevando teatro clásico y eso me enamoró. Yo creo que de ahí es que nace la base de mí trabajo, de que tuve esa experiencia”, comenta Rodríguez, quien este fin de semana presenta, libre de costo, el clásico español “Bodas de sangre”, del poeta granadino Federico García Lorca, en la Sala Experimental Carlos Marichal, en el Centro de Bellas Artes de Santurce.

El productor, quien nació y se crio en el pueblo de Carolina en una familia humilde y trabajadora, ha forjado una carrera profesional que se destaca por su interés en llevar teatro educativo a las escuelas y a las comunidades donde muchos no tienen la oportunidad de comprar un boleto. Precisamente, el teatrero dice que el nombre de su compañía, Aragua, es una palabra taína que hace referencia a “mi grupo, mi gente, mi comunidad”.

Promoción de una de las obras del productor Florentino Rodríguez, presentada en 2001.
Promoción de una de las obras del productor Florentino Rodríguez, presentada en 2001. (Suministrada)

Yo siempre pensé en hacer teatro para integrar a mi comunidad, para llevar el teatro a los sitios donde la gente no tuviera ese acceso”, reitera el productor, mientras enfatiza en la importancia de que los niños y jóvenes de esas comunidades tengan la oportunidad de conocer esta rama de las artes escénicas.

“Mi misión siempre ha sido llevar teatro a la gente que no puede costear un boleto. Al principio, como no teníamos un edificio, ni una estructura, nos prestaban el patio de la iglesia que está frente a la Plaza de Recreo de Carolina y la gente iba a ver las obras allí. Pero a medida que vas creando y haciendo teatro, empiezo a hacer más teatro profesional”, detalla Rodríguez.

Revolución en el purgatorio, obra producida en 1996.
Revolución en el purgatorio, obra producida en 1996. (Suministrada)

Es, además, una oportunidad que tiene para despertar en los niños y jóvenes el amor por la cultura y el arte. Pero cree que todavía hay mucha gente que piensa que el teatro es solo una exhibición de actuación, aunque enfatiza en que no es así “debido a las diversas modalidades y experiencias que se desarrollan a través de este arte”. Menciona, por ejemplo, la oratoria, la concentración y la disciplina, entre muchas otras características que influyen.

“No es solamente actuar. Hay que estudiar, leer y analizar un texto, buscar la historia y la psicología del personaje y eso, desde el punto de vista del estudiante, ayuda a desarrollar otras destrezas”, afirma Rodríguez, uno de los productores que más teatro escolar ha presentado desde sus comienzos.

Por eso cree que, aun los niños van al teatro como un día de excursión, la experiencia va a tener un impacto muy positivo en sus vidas. De hecho, dice que disfruta mucho cuando ve a estudiantes de diferentes pueblos de la isla y al llegar, por ejemplo, al Centro de Bellas Artes de Santurce, se deslumbran con lo que ven.

“Yo hago diferentes tipos de teatro. Pero me gusta mucho el escolar por la satisfacción de observar que esos estudiantes -que siempre están inquietos y bulliciosos-, salen maravillados por lo que vieron, es una satisfacción muy grande”, asegura Rodríguez, al tiempo que le gusta imaginar que, de esos grupos de niños y niñas, en el futuro puede salir un dramaturgo, un actor o actriz famosa, un director o productor de teatro, entre otras profesiones relacionadas. “Y eso me da mucha ilusión”.

Para muestra de su trabajo, están los textos y adaptaciones escolares que ha hecho a lo largo de su carrera. Desde clásicos como “El niño que enloqueció de amor”, “Los soles truncos”, “La casa de Bernarda Alba” y “Marianela”, hasta comedias como “Adorables enemigas”, “Orquesta de señoritas”, “Pareja de damas” y “Feliz cumpleaños senador”, entre muchos otros títulos. Además de series para televisión, espectáculos musicales y hasta certámenes de belleza durante la época de Anna Santiesteban.

Comedia estrenada en 2018.
Comedia estrenada en 2018. (Suministrada)

“He hecho teatro clásico, escolar, infantil y comercial”, comenta Rodríguez con orgullo, al tiempo que resalta que es una carrera con muchos altibajos, pero con la que siempre se tienen muchas satisfacciones, tanto personales como profesionales.

El productor recuerda, sin embargo, que sus padres se oponían a que estudiara teatro por el “mito de que era una carrera con la que me iba a morir de hambre”, además de que creían que iba a ser rechazado por ser negro. “Hice un bachillerato en educación en la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras y les entregué el diploma a mis padres. Luego me fui a estudiar al Departamento de Drama”.

Fue allí, precisamente, donde conoció a la profesora y directora teatral Victoria Espinosa, quien se convirtió en su mentora, además de inspirarlo en su afán de educar sobre las artes escénicas. Pero también dice sentirse muy orgulloso de sus raíces humildes. “Con mucho orgullo digo que repartía fiambreras de la fonda de mis padres, que era en la misma casa, pero a mediodía se convertía en fonda”.

Pero al productor le preocupa que ya no se hagan tantas obras del teatro clásico español, algo que cree se empezó a perder con la llegada del teatro comercial. “No es que el público no lo patrocine porque ahora mismo está resurgiendo y hay público para todo”, argumenta Rodríguez, mientras enfatiza que un “clásico bien montado no tiene precio, y esa es mi línea siempre”, al igual que se puede hacer un teatro de comedia con sentido y respeto a los actores y al público”. Pero enfatiza en que no le gusta la comedia chabacana que solo busca la risa fácil.

Noticia de la invitación que hizo el Consulado de Chile a Producciones Aragua para presentar en ese país la obra Oratoria a Julia de Burgos.
Noticia de la invitación que hizo el Consulado de Chile a Producciones Aragua para presentar en ese país la obra Oratoria a Julia de Burgos. (Suministrada)

En estos momento, sobre todo le entusiasma el resurgir del teatro y la gran cantidad de productores y artistas jóvenes que están haciendo buen teatro. “Yo apoyo mucho a las nuevas generaciones que están empezando porque a mí también me apoyaron cuando yo empecé”, afirma el productor, quien, como educador al fin, exhorta a los jóvenes que “lean mucho, viajen a ver las grandes obras de teatro y conozcan los clásicos”.

Precisamente, el productor espera que su legado al país sea todo el trabajo que ha hecho en favor del teatro educativo para que los estudiantes se interesen en las artes escénicas y que se sigan relacionando con las obras de teatro clásicas. “Es una pena, y lo tengo que decir, el Departamento de Educación ha eliminado muchas obras literarias excelentes del currículo del siglo de oro español”, se lamenta Rodríguez, tras también exhortar al Departamento de Educación a que retome otra vez el teatro escolar y el currículo de bellas artes.

Por lo pronto, Florentino Rodríguez espera poder seguir haciendo teatro escolar y educativo, así como producir más obras de teatro. Por ejemplo, ya está pensando en el montaje de La casa de Bernarda Alba, pero con un elenco solo de hombres, una puesta en escena que espera sea un éxito. Y, de la misma forma, dice que seguirá con su misión de vida de llevar teatro educativo a todos los rincones de Puerto Rico para inspirar a más jóvenes en su camino hacia las artes escénicas. “Esto es una carrera muy bonita. Pero tienen que estudiar y trabajar con pasión, sentimiento y amor, pero sobre todo hay que tener mucha disciplina”.

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