Ucrania antes de la guerra era el segundo país más corrupto de Europa, solo superado por Rusia según Transparencia Internacional, un paraíso de contrabandistas, traficantes, mafiosos y nazis

Por Alejandro Marcó del Pont | 29/05/2023 | Economía Rebelión
La tierra es para quien la trabaja (Emiliano Zapata)
Ucrania antes de la guerra era el segundo país más corrupto de Europa, solo superado por Rusia según Transparencia Internacional, un paraíso de contrabandistas, traficantes, mafiosos y nazis. Cuando la guerra comenzó en el 2022 milagrosamente su colocación en el ordenamiento de descomposición mundial se vio abruptamente alterado pasando al puesto número 116 de los 180 países, extraño caso porque se había mantenido desde el 2012 la zona entre 140 y 150 del mundo, según el relato occidental de datos históricos. En el mismo intervalo de tiempo dejó para los medios occidentales de ser un país excesivamente corrupto.
De la misma manera se perdieron en la narrativa occidental los extraños vínculo entre Ihor Kolomoisky un banquero ucraniano dueño de PrivateBank que catapultó a la presidencia a actor Volodimir Zelenski. Además era el dueño de Burisma Holdings, la mayor empresa de gas natural de Ucrania, quien por casualidad contrató a Hunter Biden hijo del presidente como CEO, alianza laboral que le ha traído a la familia presidencial, en igualdad de importancia, incrementos en las cuentas bancarias y en dolores de cabeza. Pero no estamos hablando de este acto de corrupción puntual, sino de las imputaciones actuales donde el dueño de PrivaBank acusado por EEUU de lavar dinero que, alegremente se desplazaba desde Chipre al mudo, terminando su recorrido en al paraíso fiscal (Delaware) una eventualidad que esté históricamente representado por Joe Biden como senador, vice-presidente y presidente en funciones, motivo que lo compromete en la actualidad.
En 2019, Kolomoysky indicó a los medios ucranianos que tenía dos socios comerciales uno de ellos era el exalcalde de Nueva York, Rudy Giuliani, quien fue asesor político del expresidente estadounidense Donald Trump y para terminar el festín, Reuters público el 23 de mayo del corriente año que el empresario ucraniano-estadounidense Lev Parnas que fue arrestados en 2019, acusados por el gobierno de Estados Unidos de canalizar el dinero de un oligarca ruso hacia campañas políticas estadounidenses, al parecer también tenía como destinatario de las donaciones al gobernador de Florida, Ron DeSantis, touche debe haber pensado Biden, todos en el mismo vote.
Pero como esta historia inició con un pasado tenebroso de corrupción y negocios que persigue a los participantes de ésta guerra, también hay algunas imágenes de un futuro apocalíptico con diversos escenarios poco felices para Ucrania, que van: desde su desaparición como estado, ser una parte de Polonia o quizás un protectorado de algunas empresas americanas que administre al país. Nosotros hemos especulado en algunos artículos sobre la reconstrucción y quienes podrían ser los ganadores de tal preciado botín, pero en este caso, nos centraremos en las 41 millones de hectáreas ucranianas, algunas de las tierras más fértiles del mundo, lo que lo llevo a obtener el apodo del “granero de Europa”, ¿Quién controla esas tierra? Bueno quien las gobierne, controlará el futuro de este país, y eso ya comenzó.
Oakland Institute realizo un informe llamado “Guerra y robo, la toma de las tierras de Ucrania” en él se pretende identifica los intereses que controlan la tierra agrícola en Ucrania y luego analiza la dinámica en torno a la propiedad de la tierra en los últimos años en el país, lo que incluye la reforma agraria de 2021, parte del programa de ajuste estructural diseñado bajo los auspicios de las instituciones financieras occidentales específicamente Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo, FMI, y Banco Mundial.
Antes de entrar de lleno en la propiedad de la tierra hay que situar a los lectores en la economía ucraniana actual, para que entienda que su problema económicos datas de un tiempo atrás. Desde la instalación de un gobierno pro-UE tras la revolución de Maidan en 2014, el Banco Mundial, el FMI y el Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo desde ahora (BERD) han sentado las bases para la privatización a gran escala en Ucrania a través de un programa de ajuste estructural masivo.
En 2014, Ucrania tuvo que comprometerse con una serie de medidas de austeridad a cambio de un paquete de rescate de 17.000 millones de dólares del FMI y un paquete de ayuda adicional de 3.500 millones de dólares del Banco Mundial. Estas medidas incluyeron la reducción de pensiones y salarios en el sector público, la reforma del suministro público de agua y energía, la privatización de los bancos y la modificación del sistema de IVA, pero además, la privatización de tierra que se llevará a cabo en este caso levantando la moratoria sobre la tierra y liberalizar su tenencia. Paralelamente mientras eso se va cumpliendo la deuda aumenta, en julio de 2022, la deuda del sector público ascendía a 60.000 millones de dólares, mientras que las empresas privadas ucranianas debían un total de 68.000 millones de dólares. Ucrania es ahora el tercer mayor deudor del FMI en el mundo, después de Argentina y Egipto
La enorme y creciente deuda externa de Ucrania presagia que la reconstrucción será impulsada por instituciones financieras internacionales e intereses extranjeros. Se estima que la misma era de 140 mil millones ha seguido aumentando debido a la guerra. El país pudo resistir en gran parte debido a la ayuda militar y económica masiva de Europa y Estados Unidos. En 2022, Ucrania se convirtió en el principal receptor de ayuda exterior de Estados Unidos. Es la primera vez desde el Plan Marshall que un país europeo ocupa este puesto. En diciembre de 2022, menos de un año después del inicio de la guerra, la ayuda estadounidense por sí sola ascendía a más de 113.000 millones,
De las 41 millones de hectáreas que hablamos en un principio 33 millones son cultivable, alrededor de 4,3 millones de hectáreas se dedican a la agricultura industrial, la mayor parte unos tres millones están en manos de una docena de grandes agronegocios. Otros 5 millones de hectáreas, según el gobierno, – el tamaño de dos Crimeas han sido “robado” al estado ucraniano por intereses privados, lo que da más de nueve millones de hectáreas, o el 28% de la tierra cultivable del país, a estos hay que agregarle más unos 7 millones en poder del estado, en total casi el 50%, la otra mitad lo utilizan más de ocho millones de agricultores ucranianos
En principio parecería fácil determinar que quienes controlan las tierras ucranianas hoy en día son una mezcla de oligarcas ucranianos y diversos intereses extranjeros, en su mayoría norteamericanos y europeos, incluido un fondo de inversión privado con sede en EEUU y un Fondo de Riqueza Soberana de Arabia Saudita. Con una sola excepción, las diez empresas que controlan más suelo están registradas en el extranjero, principalmente en paraísos fiscales como Chipre o Luxemburgo. Incluso cuando están dirigidas y aún controladas en gran medida por un oligarca fundador, varias de estas son controladas por bancos y fondos de inversión occidentales ahora controlan una parte significativa de sus acciones, o sea sus dueños, no son tan dueños.
La idea camuflada es realmente simple, la mayoría de estas empresas de oligarcas ucranianos están endeudadas con instituciones financieras occidentales, en particular el Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo (BERD), el Banco Europeo de Inversiones (BEI) y la Corporación Financiera Internacional (IFC), la rama del Banco Mundial dedicada al sector privado. Juntas, estas instituciones han sido importantes prestamistas para las agroindustrias en Ucrania, con casi 1.700 millones dólares prestados a solo seis de las agroindustrias más grandes en los últimos años. Este financiamiento internacional beneficia directamente a los oligarcas, muchos de los cuales están acusados de fraude y corrupción, así como a fondos extranjeros y empresas asociadas como accionistas o acreedores.
Las 10 principales empresas que controlan la tierra en Ucrania