
Jaime Torres Torres
Prensa sin censura
En octubre de 2018 conversamos de la necesidad de un libro sobre su vida y trayectoria.
El escenario de la plática fue el vestíbulo de una emisora de radio de San Juan.
Llegó la pandemia del Covid-19 y en enero de 2021 le sobrevino un derrame cerebral.
Al eterno Niño Bonito no lo aseguraban. Los pronósticos de recuperación eran reservados. Fue intervenido quirúrgicamente. Hubo recaídas que lo devolvieron a la sala de intensivo. Solo la Mano de Dios lo podía salvar.
Y casi dos años después se puede afirmar que ocurrió el milagro. Ismael nunca perdió la Fe y su esposa Janice Batlle mucho menos.
Aunque se han documentado apariciones del legendario salsero hablando, orando y entonando algunas líneas, el poder del Señor fue más que evidente la noche del pasado miércoles 9 de noviembre durante el concierto “Puerto Rico saluda a Ismael Miranda”, un homenaje en vida de parte de sus compañeros cantantes.
Me remonté al Meadowlands Arena en Nueva Jersey cuando el difunto Ralph Mercado anunció el regreso de Héctor Lavoe con la Fania All Stars. Sus colegas observaban con dolor la impotencia de El Cantante.
El miércoles durante la interpretación de su éxito original “Borinquen tiene montuno”, apoyado en Juan José Hernández, toma el micrófono y canta, ante las miradas atónitas e incrédulas de sus amigos, que según supo este medio independiente ninguno cobró en un gesto de desprendimiento hacia el afamado cantante que desde su percance de salud no ha podido llevar el pan a su mesa con su trabajo musical.
El ratito que cantó lo hizo afinado, con buen tono y proyección vocal. No se puede pretender que en lo sucesivo, neurológica y cognitivamente, se emplee con la excelencia de toda una extraordinaria trayectoria previa a un evento de salud que pudo ser mortal.
Si Dios mantiene con vida a Ismael es por una sencilla razón: su testimonio de Fe. Su presencia en la Sala de Festivales así lo sustenta. Ismael, Amigo de todos, es muy querido porque es un tipazo, buena gente, noble, humilde y excelente persona.
Su Milagro es testimonio y aliciente para Domingo, Andy, Tito Nieves, Jerry, Canario, Gilbertito y otros cantantes que el miércoles reciprocaron su amistad y contribución a la salsa.
La leyenda y mito que simboliza, junto a Bobby Cruz y Adalberto Santiago, la explosión del género desde el concierto de la Fania All Stars en el Cheetah hace poco más de medio siglo, cumplirá 73 años el 20 de febrero.
Con su salsa a muchos ayudó a olvidar las penas y con la proclamación de la Palabra a no pocos demostrará que con Fe también se compone un son y los acompañará por el buen camino de la salvación.
Y eso sí será digno del libro que junto a su esposa Janice de seguro escribirá.