El secretario general pipiolo, quien buscaría la gobernación nuevamente en 2024, detalló a El Nuevo Día cómo su colectividad se prepara para los próximos comicios

sábado, 14 de octubre de 2023 – 11:40 p.m.
Por Adriana Díaz Tirado El Nuevo Día
Nota del editor: no te pierdas ni un detalle de cara a las elecciones del 2024 en Puerto Rico.Visita nuestro sitio especial para mantenerte informado.
—
Aunque se ha mantenido al margen de la agitación política provocada por las anticipadas primarias enelPartido Nuevo Progresista (PNP)y el Partido Popular Democrático (PPD), Juan Dalmauvaticinó que esos eventos electorales provocarían mayor división en ambas colectividades, lo que, a su vez, podría favorecer la alianza que se gesta entre el Partido Independentista Puertorriqueño (PIP) y el Movimiento Victoria Ciudadana (MVC).
“Las primarias representan el fracaso de un consenso interno en las instituciones del Partido Popular Democrático y el Partido Nuevo Progresista. Hemos visto, desafortunadamente, el tono agresivo que ha tomado a nivel público, cuando creo que el país debería enfocarse en las propuestas que tiene cada candidato o candidata, comparar su historial y su carácter”, manifestó Dalmau en entrevista exclusiva con El Nuevo Día.
El secretario general del PIP reconoció, de inmediato, que la llamada “Alianza de País” entre ese partido y el MVC ha enfrentado desafíos –como la determinación, en agosto, del Tribunal de Apelaciones, que validó la constitucionalidad de la prohibición de las candidaturas coaligadas en el Código Electoral–, por lo que se han concentrado en buscar otras alternativas para alcanzar el objetivo de “hacer historia” con el primer gobernador avalado por dos partidos.
A raíz de las críticas que ha recibido por mantenerse distanciado de la opinión pública en medio de la efervescencia política que se ha desatado, principalmente, desde que la comisionada residente en Washington, Jenniffer González, confirmó que retará en primarias al gobernador Pedro Pierluisi, Dalmau respondió que no quiso “entrar en esos dimes y diretes”.

“El país aspira a mucho más. Las necesidades de la gente lo que requieren es que haya templanza de su liderato político, sobriedad con respecto a la forma en que se comunican las ideas y tener las propuestas que puedan atender, precisamente, esa precariedad que está enfrentando el país. Si esa es la pauta que ellos quieren establecer en el tono de su campaña, bueno, pues ya el país puede ver que es más de lo mismo. Yo aspiro a otro tipo de nivel”, insistió.
Dalmau, exsenador y candidato a gobernador del PIP en 2020, resaltó que, en esas elecciones, sus contrincantes de las llamadas colectividades mayoritarias obtuvieron “el menor apoyo electoral en su historia”: 33% el PNP con Pierluisi y 32% el PPD con Carlos “Charlie” Delgado Altieri. En los comicios de 2016, habían obtenido, respectivamente, 42% y 39%. En el caso de la comisionada residente, agregó, descendió de 49%, en 2016, a 41%, en 2020.
“Desde hace tiempo, esas estructuras (PNP y PPD) dejaron de ser instrumentos viables para amplios sectores del electorado. Ahora, están reiterando eso que ya el país había visto: están más atentos a sus apetitos personales en procesos de primarias para lo que son sus aspiraciones individuales y no a lo que deben ser aspiraciones colectivas de valores superiores para el país”, declaró.
Reconoce crecimiento
Como contraparte, Dalmau –quien también es profesor en la Universidad Interamericana– señaló que los resultados del MVC (14%) y el PIP (14%) hace cuatro años fueron históricos para ambas colectividades. En el caso del PIP, destacó, el crecimiento fue siete veces mayor en comparación con los comicios de 2016, cuando solo consiguió el 2% de los votos.

“Un 14% votó por mi candidatura, incluyendo personas que lo hicieron aún sin ser independentistas. Eso es un gran paso para el país porque quiere decir que gran parte de los que me apoyaron derrotaron el prejuicio de que, si tú no eres independentista, no puedes apoyar a un candidato independentista”, reiteró, al opinar que, de cara al 2024 –en su tercer intento de ganar la gobernación–, tiene más madurez política.
Del mismo modo, reconoció que los resultados de la excandidata del MVC Alexandra Lúgaroy la llegada de cuatro legisladores de esa colectividad abrieron la posibilidad de “diálogos necesarios” en un escenario electoral “histórico”, en el que figuras de los llamados partidos minoritarios llegaron a espacios que, por décadas, fueron dominados por el PNP y el PPD.
¿Y la alianza?
El 30 de agosto, el Apelativo validó la constitucionalidad de los artículos del Código Electoral que riñen con la propuesta de la “Alianza de País” de presentar candidaturas coaligadas en 2024.
“Partidos coaligados. Eso nunca había pasado, pero la ley ahora lo prohíbe y ahora lo que pueden existir son acciones concertadas entre estas dos organizaciones, en donde podamos lograr el máximo posible con entendidos basados en el respeto, reconociendo nuestras diferencias, pero subrayando nuestros consensos”, sostuvo Dalmau.
Detalló, igualmente, que, en conversaciones con Manuel Natal, coordinador general del MVC, y la militancia de ese partido y el suyo, ha prevalecido un “ambiente de respeto” a la individualidad institucional de cada uno y sus respectivos procesos. El PIP ratificará sus candidaturas, en asamblea nacional, el 10 de diciembre.

Según Dalmau, si el MVC escoge nuevamente a Natal como candidato a la alcaldía de San Juan, tendría el apoyo del PIP. Igualmente, expuso que, si finalmente él es el candidato del PIP a la gobernación, contaría con el aval del MVC. “Pero no se limita solamente a dos personas. Además, se puede ampliar para otras posiciones puntuales, de acuerdo a unas limitaciones y requisitos que impone la ley”, indicó.
Recalcó, por último, que el PIP sigue considerando la independencia como un asunto crucial, y defendió que su colectividad presentará una propuesta “sensata y negociada con Estados Unidos para una transición ordenada a la independencia”. Además, coincidió con el MVC en que se establezca un proceso de descolonización, que permita a la ciudadanía elegir la opción de status.
“Se trata de la primera vez, en la historia de Puerto Rico, donde dos instituciones políticas distintas, porque no somos iguales, están dispuestas a construir sobre sus diferencias para llegar a amplios consensos y que el pueblo de Puerto Rico tenga una oportunidad de cambio”, acotó.