La descripción de lo que sucederá va desde la persona jubilada que no recibe el pago del seguro social, el no recibir los servicios médicos, el efecto dominó al no tener dinero para pagar hipotecas y préstamos, posible interrupción de programas federales de alimentación, educación y otros servicios. A nivel mundial el escenario financiero se tambalea y la confianza en EEUU se perderá, dicen los expertos en un momento donde hay tanto dinero comprometido para la guerra.

Buenos días. Iniciamos la semana con el tema de la negociación del plan de ajuste de la deuda de la AEE. Ahora nos dicen algunos de los expertos que saben de economía que si no se logra un acuerdo entre el ejecutivo y el congreso sobre la deuda de EEUU los efectos serán devastadores, sobre todo en el caso de un incumplimiento por parte de EEUU en pagar la deuda.
La descripción de lo que sucederá va desde la persona jubilada que no recibe el pago del seguro social, el no recibir los servicios médicos, el efecto dominó al no tener dinero para pagar hipotecas y préstamos, posible interrupción de programas federales de alimentación, educación y otros servicios. A nivel mundial el escenario financiero se tambalea y la confianza en EEUU se perderá, dicen los expertos en un momento donde hay tanto dinero comprometido para la guerra.
Pero no pensemos en lo peor. Pensemos en lo menos malo. Se llega a un acuerdo de seguir tomando prestado pero revisando los gastos. En ese escenario están en juego los más de 120 mil millones de dólares que la Junta de Control Fiscal y el gobierno esperan que se inviertan en Puerto Rico durante las próximas décadas.
Todos los compromisos de los planes de ajuste deben pagarse dirán unos. Otros se irán ya que no hay fondos federales para guisar. El crecimiento económico desaparece porque se montó sobre dinero prestado o que llegaría como transferencia en lugar de dinero producido por el esfuerzo y el trabajo.
La proyección de los expertos consultados en la noticia que compartimos nos debe alertar a todos. El asunto trasciende nuestra triste realidad colonial y va directamente al sistema decadente capitalista e imperial. Mientras discutimos asuntos intrascendentes de nuestra política nacional o de la cotidianidad que los medios corporativos nos imponen, la realidad es tan grave como que nuestros pensionados no reciban sus ingresos mensuales o que el sistema financiero internacional colapse.
Muchos apostaran a que nada pase. Creo que algo ya está pasando y si no lo vemos sufriremos las peores consecuencias.
Luis Pedraza Leduc
A la merced Puerto Rico de la puja política federal
Se espera que próximamente, en Washington, se revele algún tipo de acuerdo sobre el nivel de endeudamiento del gobierno estadounidense, una situación que, según expertos, pudiera impactar el futuro económico de la isla
- El Nuevo Día 21 May 2023
- JOANISABEL GONZÁLEZ joanisabel.gonzalez@elnuevodia.com Twitter: @jgonzalezpr
Entre los años 2018 al 2035, Puerto Rico debe recibir unos $120,000 millones en fondos federales de reconstrucción y asistencia. Más de la mitad de esos fondos podrían estar en peligro, según entrevistados.
Este domingo, la comunidad financiera, económica y empresarial, pero también gobiernos en todo el mundo, sobre todo los aliados, tienen sus ojos en Washington y en su liderato político. Luego de que en enero pasado Estados Unidos llegara al máximo de endeudamiento permitido por ley, la primera economía del mundo cuenta las horas ante la posibilidad de un impago en su deuda pública. Eso podría pasar en algún momento de la semana que viene, cerca del 1 de junio, ha dicho la secretaria del Tesoro y expresidenta de la Reserva Federal, Janet Yellen. Evitar un incumplimiento -y con este, un caos financiero y económico de proporciones insospechadas, advierten expertos está principalmente en las manos del speaker y congresista Kevin McCarthy (R-California); su contraparte y líder de la minoría en el Senado federal, Mitch McConnell (R-Kentucky); en Charles Schummer
(D-Nueva York) y Hakeem Jeffries (D-Nueva York), líderes de la mayoría en el Senado y la minoría en la Cámara baja, respectivamente, y el presidente Joe Biden.
Las expectativas son que, a más tardar, temprano esta semana se logre algún tipo de acuerdo, aunque han surgido nuevas dudas este fin de semana. Negocios conversó con dos economistas y un abogado e investigador de política pública, conocedores de la economía y el sistema financiero estadounidense, acerca de lo que podría suceder en las próximas horas y días con el límite de endeudamiento -el llamado techo- de Estados Unidos. La plática lleva por diversos caminos, pero en todos, Puerto Rico tiene algo que perder.
En ausencia de un acuerdo, explican los entrevistados, lo más evidente sería un aumento casi inmediato en los intereses y en los ya altos precios de ciertos bienes y servicios. Es probable que los proveedores de salud de Medicare o Medicaid no reciban sus pagos como de costumbre y tampoco los 65 millones de jubilados que dependen del Seguro Social, advierte un análisis del Comité Económico del Congreso Demócrata (Joint Economic Committee Democrat o JECD, por sus siglas en inglés). Incluso, habría problemas para pagar el Programa de Asistencia Nutricional (PAN) y el de Asistencia Temporal (TANF, en inglés).
El escenario más convulso y complejo, si Estados Unidos no paga su deuda pública, podría ser una sacudida no vista en los mercados de capital y los sistemas financieros de todo el mundo. Aún si hubiera un acuerdo para elevar o dejar sin efecto el límite de la deuda estadounidense, lo que anticipan los economistas Arturo Estrella y José Oyola, al igual que el abogado Sergio Marxuach, dicho pacto traerá otras tempestades.
¿DÓNDE ESTÁ LA CONTROVERSIA?
Estados Unidos toma prestado para pagar diversidad de gastos, desde el Medicare hasta la defensa nacional y de tiempo en tiempo se fija un límite de endeudamiento para pagar por ello; en este caso, ronda $31.4 billones. Cuando se llega al tope, el Congreso debe actuar. Partiendo del proyecto congresional (HR2811) se negocia aumentar la deuda de Estados Unidos por $1.5 billones (trillions, en inglés) o hasta marzo de 2024, lo que ocurra primero. A cambio, habrá que reducir el gasto federal en $4.8 billones en los siguientes 10 años. De acuerdo con Estrella, hasta el momento, a juzgar por el comportamiento del mercado de bonos, el mundo inversionista “está apostando a que se va a resolver la situación”. Aunque poco conocido y citado en Puerto Rico, Estrella, exvicepresidente de la Reserva Federal de Nueva York, fue quien primero identificó, junto al también economista Gikas Hardoúvelis, que cuando la curva de rendimiento de los valores del Tesoro Federal se invierte se acerca una recesión.
RECESIÓN Y TASAS DE INTERÉS
Desde 1989, el modelo de Estrella –que sigue el desempeño de los valores del Tesoro a tres meses y a 10 años- no ha fallado una sola vez en predecir un ciclo recesionario en Estados Unidos. “Si se llegara a un acuerdo en que se hacen recortes de presupuesto mayores a los que se esperaban, eso va a tener un efecto negativo de contracción en la economía”, explicó Estrella. Ese escenario daría una ventaja a la Reserva Federal, dijo Estrella. Desde hace poco más de un año y entre otras medidas, el banco central estadounidense ha aumentado la tasa de fondos federales en 10 ocasiones para atajar la inflación.
Un ajuste en la política fiscal haría innecesario otro aumento en las tasas de interés en junio próximo. Pero de acuerdo con Marxuach, director de Política Pública en el Centro para Una Nueva Economía (CNE), si para elevar el límite de la deuda estadounidense se recorta el gasto federal proyectado en demasía, la recesión podría ser más severa y rebotar en Puerto Rico.
LA LÍNEA DE OXÍGENO
Desde el 2016, cuando Puerto Rico entró en su crisis de confianza por el impago de la deuda pública, el territorio estadounidense se ha mantenido a flote por la suspensión de pagos que brindó la ley federal Promesa. Pero, sobre todo, por la inyección masiva de capital que ha recibido desde Washington. Según el plan fiscal certificado más reciente por la Junta de Supervisión Fiscal (JSF), desde el 2018 hasta el año fiscal 2035, Puerto Rico debe recibir unos $120,000 millones o sobre el 150% del tamaño de su economía en fondos de reconstrucción, pandemia e infraestructura.
De ese universo, unos $26,574 millones deben llegar en este y el año fiscal 2025. Otros $41,470 millones llegarían entre los años 2026 al 2035. “Eso es un sueño irrealizable, lo que se aprobó, pero no se ha gastado, ya no podrá contarse con eso”, dijo Oyola haciendo referencia a la posibilidad de que el gasto federal se reduzca de manera considerable en los próximos 10 años. A manera de ejemplo, dijo Oyola, uno de esos programas en la cuerda floja será Medicare Advantage. Además, aunque se pensaría que los fondos para la reconstrucción no estarían en riesgo, lo cierto es que existe “una zona gris” cuando se trata de fondos asignados, pero no obligados a obras o programas específicos, dijo Marxuach.
Por ejemplo, según Oyola y Marxuach, los republicanos interesan eliminar todas las asignaciones no obligadas y relacionadas con la pandemia, pues la emergencia sanitaria ha concluido. Para Puerto Rico, según los números de la JSF, eso significaría unos $5,859 millones.
Asimismo, se pondera eliminar el plan de mejoras capitales aprobado en la Ley de Inversión en Infraestructura del 2021. A través de ese programa, Puerto Rico esperaba una asignación de unos $1,620 millones. Empero, según Marxuach, en el caso de Puerto Rico otras asignaciones también estarían “en riesgo”. A manera de ejemplo, la mayoría de los sobre $9,000 millones en fondos federales para la reconstrucción de la red eléctrica todavía no se han asignado, explicó Marxuach.
De acuerdo con los entrevistados, Puerto Rico estaría en mejor posición de no ser porque su liderato político ha adoptado la postura de pagar con dinero federal los programas que debería cubrir con ingresos propios, desde la educación y la salud hasta la infraestructura. Estrella destacó que el mejor ejemplo de esa postura de riesgo se encuentra en las proyecciones más recientes de la Junta de Planificación (JP). El informe de la JP expone que la economía de Puerto Rico crecerá, en términos reales, en los próximos años fiscales. “Pero entonces cuando vas a las razones por las cuales Puerto Rico va a crecer un poco, es básicamente por las transferencias, por los fondos federales y eso es bien peligroso”, dijo Estrella.
UN ESCENARIO DE IMPAGO
Claro está, una recesión y recortes en el gasto público son preferibles a un escenario de incumplimiento porque, en ese caso, todos los adjetivos empleados por los entrevistados intimidan. “El sistema mundial global depende del funcionamiento de los mercados y todo eso depende del dólar. El impacto que un impago tendría en Estados Unidos y a nivel global sería devastador”, destacó Marxuach.
No es la primera vez que Estados Unidos ha atestiguado una puja política por el techo de la deuda y ello parece ser fruto del serio problema de elaboración presupuestaria que tiene Estados Unidos, aseguró Oyola, exdirector auxiliar de la Oficina del Contralor de Estados Unidos (GAO, en inglés). Ocurrió bajo la presidencia de Bill Clinton, en la década de 1990, cuando el gobierno federal cerró operaciones por primera vez. Según Oyola, aquella clase política comprendió casi al instante que cometió un error. Pero aquella lección se olvidó para el 2011, bajo la presidencia de Barack Obama. Entonces, se produjo un brevísimo impago de tipo técnico que tuvo consecuencias inmediatas.
Por ejemplo, según el Joint Economic Committee Democrat, muchas de las familias que compraron una propiedad en Estados Unidos, en ese momento, vieron un salto de 70 puntos en los préstamos hipotecarios, lo que se tradujo en hasta $50,000 en intereses adicionales. “Si hubiera un default , eso sería dramático, porque se pararían los pagos de los bonos y se habla de que se detendrían los pagos del Seguro Social… eso afectaría a millones de personas directamente, inmediatamente”, dijo Estrella. Según Marxuach, el problema con un cuadro de impago es que, a diferencia de Puerto Rico (donde aunque ahora está sujeto a la ley federal Promesa, existe una ley de prioridad de pago), Estados Unidos no posee tal marco legal. Más aún, dijo Marxuach, si se reprogramara el orden de pagos para honrar la deuda pública versus otros programas, incluso podría crearse “una crisis política porque pagarías primero a los bonistas cuando no hay ninguna exigencia legal que lo permita”.
CONFIANZA Y POLÍTICA EXTERIOR
Pero según los entrevistados, lo más preocupante y lo que debiera importar a Puerto Rico es que, con acuerdo o sin él, hay una proyección de continua debilidad, no en los fundamentos económicos sino en la capacidad del sistema político y democrático estadounidense. Dicho de otra forma, cuando se habla de no pagar los valores del Tesoro de Estados Unidos, los instrumentos de inversión más utilizados, más líquidos y más confiables en todo el planeta, que son referente para las hipotecas y los autos, pero también para los planes de retiro y los depósitos en bancos, también se pone en duda la capacidad de Estados Unidos para respaldar otros acuerdos, sobre todo aquellos que puedan estar relacionados con la defensa o el comercio mundial, recordó Marxuach.
Según Marxuach, el mero hecho de que se consideren “locuras” como condicionar la deuda a que se exija trabajar a quienes reciben los beneficios del PAN, priorizar unos pagos versus otros o, incluso, utilizar la enmienda 14 de la Constitución de Estados Unidos, que permitiría al presidente Biden ignorar el límite de deuda y el rol del Congreso en el tema, envía un pésimo mensaje, tanto a los aliados como a los enemigos de Estados Unidos. Esto justo cuando se libra una guerra entre Rusia y Ucrania, que mantiene en vilo a Europa, y China insiste en posicionarse como una alternativa de financiación, no solo en Asia, sino en África y América Latina.
“Si esto (el impasse por la deuda) se deja llegar a un nivel severo, va a haber una pérdida de confianza cuando la situación geopolítica es bien complicada… hace unos meses se discutía si China invadiría a Taiwán”, dijo Estrella.
Procurar que Estados Unidos sea solvente y que haya confianza en la deuda de Estados Unidos es importante en el plano internacional, agregó el economista. “En el momento en que Estados Unidos demuestre debilidad, va a ser más difícil lidiar con todo eso”, sentenció Estrella.
“Manejar la economía de un país o un territorio como Puerto Rico, donde el ingreso marginal depende de transferencias federales, transferencias externas que puede pueden fallar, es peligroso”
ARTURO ESTRELLA
ECONOMISTA
“El dinero que no ha sido obligado todavía, claramente está en riesgo, y pudiera ser que se rescinda la asignación federal”
SERGIO MARXUACH
DIRECTOR DE POLÍTICA PÚBLICA EN EL CENTRO PARA UNA NUEVA ECONOMÍA