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Luis Pedraza Leduc: desarrollo vs crecimiento

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Con este diagnóstico, junto al elevado costo de vida producto de la implantación de los planes de pago de  deuda de la Junta de Control Fiscal, la implosión de las instituciones que deben garantizar servicios de salud, educación y otros servicios-derechos podemos visualizar una mayor migración y empobrecimiento del país mientras no se tomen decisiones trascendentales en términos políticos y del modelo económico que debe regir en el país.

Buenos días. El profesor Alfredo González Martínez nos ofrece una breve clase de economía en la cual destaca el impacto que tiene en el desarrollo económico y social del país que el sector financiero, de seguros y bienes raíces sea el principal protagonista en el crecimiento económico. Aquí las palabras claves son desarrollo vs crecimiento. No significa lo mismo desarrollo económico que crecimiento económico.

El desarrollo económico implica el fortalecimiento de todas las áreas  económicas hacia un norte dirigido y ordenado. De esta manera lo social se impacta de manera positiva y suponemos que debe haber una distribución más justa de la riqueza. El capitalismo no responde a este objetivo por razón de su objetivo de lucro. La intervención del estado, dirigiendo y controlando el mercado hace la diferencia. Esa es la historia de las décadas a mediados del siglo pasado cuando el capital fue regulado y se fortaleció el estado de bienestar.

Por el contrario, el crecimiento económico es la acumulación de riqueza en un sector que produce riqueza y no necesariamente desarrollo de la sociedad. Por el contrario, el efecto es crear mayor desigualdad social, es decir más ricos los menos y más pobres las más.

Nos dice el profesor González Martínez que el anuncio del crecimiento del sector financiero por encima de los sectores manufacturero, turismo y el comercio trae un efecto nocivo a la débil economía del país. Nos identifica como un paraíso fiscal, atractivo para el lavado de dinero y transacciones económicas dudosas y nada positivas para el desarrollo sustentable del país. Destaca como efecto negativo los siguientes elementos:

“-Empeoramiento de la distribución funcional y personal de ingresos y de las riquezas.

-Capacidad restringida para crear empleos dado un mayor nivel de producción

-Mayor vulnerabilidad de nuestra economía a las crisis financieras mundiales y una mayor impotencia gubernamental para instituir medidas controladoras de estas.

-Además, al preferirse la inversión financiera, la inversión real de capital real (edificaciones industriales y comerciales, maquinaria y equipo) se va reduciendo absoluta y proporcionalmente, lo que limita nuestra capacidad productiva.

-Mientras, el auge neoliberal patrocinado por las políticas económicas del gobierno de Puerto Rico y la Junta de Control Fiscal ha acelerado la tendencia financialista de nuestra economía, al privilegiar los intereses de los acreedores y bonistas.

-Por otro lado, otro síntoma nocivo es fortalecer el rol de Puerto Rico como paraíso fiscal, susceptible a los manejos criminales de operaciones financieras en bancos, cooperativas y en las agencias gubernamentales insulares y en las municipales.”

Con este diagnóstico, junto al elevado costo de vida producto de la implantación de los planes de pago de  deuda de la Junta de Control Fiscal, la implosión de las instituciones que deben garantizar servicios de salud, educación y otros servicios-derechos podemos visualizar una mayor migración y empobrecimiento del país mientras no se tomen decisiones trascendentales en términos políticos y del modelo económico que debe regir en el país.

Tenemos que pensar el país que queremos y necesitamos.

Luis Pedraza Leduc

El auge del sector financiero transforma la economía

La presidencia del Banco de Desarrollo Económico ha destacado recientemente la noticia sobre el acelerante efecto del crecimiento del sector de finanzas, seguros y bienes raíces sobre el Producto Interno Bruto de Puerto Rico entre los años fiscales 2021 y el 2022. La exposición informativa implica su beneplácito a los efectos alentadores sobre el proceso de crecimiento económico a corto y largo plazo. Implica además un reclamo de apoyo a la expansión al sector de finanzas, seguros y bienes raíces como un componente líder en el proceso de crecimiento económico de Puerto Rico, liderazgos antes ocupados por los sectores de la manufactura, comercio y turismo.

El sector financiero está influenciando la fisonomía de la producción y la economía puertorriqueña, con algunas consecuencias nocivas, escribe Alfredo González Martínez. (Archivo)

La acelerada expansión de 15.1 por ciento del sector de finanzas, seguros y bienes raíces entre el 2021 y el 2022 ha impulsado su participación a un 23.3 por ciento en el producto interno bruto de Puerto Rico. El crecimiento y la importancia del segmento de bienes raíces ha sido ligeramente superior a la totalidad de ese sector.

Contextualizando históricamente el crecimiento del componente financiero, éste ha crecido a un ritmo promedio anual de 8.1 por ciento, más de cuatro veces el crecimiento de la producción total interna de la economía de Puerto Rico durante el lapso de 2019 al 2022.

Tanto por su crecimiento como por su importancia relativa, el sector financiero está influenciando la fisonomía de la producción y la economía puertorriqueña. Esta influencia continúa impulsando nuestra economía para confirmar su caracterización como una economía “financialista” o sea, una en que la actividad del manejo de valores financieros (y de bienes raíces) predomina sobre la actividad de producción de mercancías y servicios y de una mayor provisión de mayores empleos. El atributo financialista de la economía de Puerto Rico comienza a acentuarse desde principios de la década de los ochenta con el predominio del sistema instituido con las bases de las empresas 936.

El paulatino carácter “financialista” de la economía de Puerto Rico ha conllevado los siguientes síntomas nocivos en nuestra economía:

-Empeoramiento de la distribución funcional y personal de ingresos y de las riquezas.

-Capacidad restringida para crear empleos dado un mayor nivel de producción

-Mayor vulnerabilidad de nuestra economía a las crisis financieras mundiales y una mayor impotencia gubernamental para instituir medidas controladoras de estas.

Además, al preferirse la inversión financiera, la inversión real de capital real (edificaciones industriales y comerciales, maquinaria y equipo) se va reduciendo absoluta y proporcionalmente, lo que limita nuestra capacidad productiva.

Mientras, el auge neoliberal patrocinado por las políticas económicas del gobierno de Puerto Rico y la Junta de Control Fiscal ha acelerado la tendencia financialista de nuestra economía, al privilegiar los intereses de los acreedores y bonistas.

Por otro lado, otro síntoma nocivo es fortalecer el rol de Puerto Rico como paraíso fiscal, susceptible a los manejos criminales de operaciones financieras en bancos, cooperativas y en las agencias gubernamentales insulares y en las municipales.

Por consecuencia de todo lo anterior, las agencias federales fiscalizadoras del sistema financiero han particularizado a las entidades bancarias y financieras internacionales como centros delictivos de alta probabilidad. Específicamente, la Oficina de Investigaciones de Seguridad Nacional considera a la Ley 60 (antes Ley 22 de 2012) como factor contribuyente a esta mayor incidencia de criminalidad financiera. (Ver El Nuevo Día, 24/08/2023, pág.30).

El hecho de privilegiar y elogiar el crecimiento e importancia de sector financiero y de bienes raíces constituye una política pública favorable al proceso de “financialización” y sus efectos adversos sobre la sociedad y la economía de Puerto Rico. Nos parece que hay poca contribución para crear las bases institucionales sólidas para un crecimiento y desarrollo sostenido.

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