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Luis Pedraza Leduc: El Primero de Mayo y la realidad de nuestra economía

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Hoy se celebra mundialmente la lucha de la clase trabajadora por lograr una jornada de trabajo de ocho horas. La consigna reclamaba ocho horas de trabajo, ocho horas de descanso y ocho horas para el ocio y el compartir familiar, creativo, cultural. En los tiempos del neoliberalismo nos quieren aumentar la jornada diaria, no quieren pagar horas extras y nos obligan a tener dos empleos o más.

Buenos días. Hoy se celebra mundialmente la lucha de la clase trabajadora por lograr una jornada de trabajo de ocho horas. La consigna reclamaba ocho horas de trabajo, ocho horas de descanso y ocho horas para el ocio y el compartir familiar, creativo, cultural. En los tiempos del neoliberalismo nos quieren aumentar la jornada diaria, no quieren pagar horas extras y nos obligan a tener dos empleos o más.

Mientras en otros países se celebra con fiestas y actividades de reconocimiento, otros como el nuestro son de lucha ante las medidas neoliberales. La deuda y las medidas impuestas por las instituciones internacionales para el pago de las mismas asfixian al pueblo trabajador. En nuestro caso, una Junta de Control Fiscal administra el proceso de deuda con resultados similares.

En la nota que compartimos la periodista Joanisabel González nos habla de las proyecciones económicas de la Junta las cuales identifican un punto deficitario para 2044. Ahora nos dicen que será para 2027. Sus asesores que han ganado sumas millonarias miran para el lado. Los economistas de Espacios Abiertos cuestionan las reformas de la Junta y advierten mayores recortes económicos y de servicios al pueblo. Grave lo que nos expresan, una vez más.

Por ello hoy marchamos contra la Junta del Imperio y el capital.

También compartimos el ensayo-libro del historiador Francisco Moscoso, titulado Economía y política, clases sociales  y lucha obrera en Puerto Rico 1898-1900, como obsequio para contribuir en la educación y lucha obrera que tenemos que continuar. (Nueva Pensamiento Crítico publica en otra parte hoy el capítulo de este libro sobre el origen en Puerto Rico del Primero de Mayo, en la revista edición de verano, que circulará en mayo, publicamos el texto completo del compañero Moscoso.)

Grato escribirle de nuevo  LUIS, 

Le decía la semana pasada, que justo en medio de la Semana Santa, la Junta de Supervisión Fiscal (JSF) dejaba a la luz que a mediano plazo, las finanzas de Puerto Rico no van tan bien como proyecta el gobierno, cada vez que anuncia recaudos récord.

Ayer, la organización de transparencia Espacios Abiertos conversó con periodistas acerca del anuncio de la JSF, pero sobre todo, puso en perspectiva cuánto dinero se ha utilizado -del bolsillo de los contribuyentes en la isla- en consultores y abogados que interactúan en el proceso de quiebra de Puerto Rico.

De acuerdo con el economista Daniel Santamaría Ots, quien hizo constar la dificultad para encontrar los datos, desde la creación de la JSF, se han invertido unos $1,200 millones para sacar a Puerto Rico se de su atolladero financiero.

Alrededor de 46 centavos de cada dólar invertido en cuestiones de la quiebra, se han repartido entre tres firmas: Proskauer Rose LLP, el asesor legal general de la JSF y las consultoras McKinsey & Co. y Ernst & Young (EY). 

Ese gasto y la contratación de otra plétora de entidades de todo tipo ha servido para disparar en sobre 125%, el gasto público en la contratación de servicios profesionales desde el inicio de la crisis. Pero en ese mismo período, y en buena parte, por las recomendaciones que han hecho los consultores, el gasto público en la institucionalidad del estado, es decir, en el pago de partidas como el salario de servidores públicos se ha colapsado a la mitad.

El torniquete ha sido de tal magnitud, destacó Santamaría Ots, que la propia JSF -aunque con sutileza, en su plan fiscal certificado más reciente- ha comenzado a recoger velas. En síntesis, el organismo fiscal reconoce ahora que es necesario dotar al gobierno de los recursos internos que antes fueron desplazados por contratistas.

El exministro de Finanzas de Argentina y académico, Martín Guzmán,  crítico de las reestructuraciones pactadas por la JSF, resumió las determinaciones de política pública de manera más elocuente: en los pasados años, el gobierno y la JSF han pagado en consultores, el equivalente al dinero que han quitado al presupuesto de la Universidad de Puerto Rico.

De acuerdo con Guzmán, la JSF pactó -en nombre de Puerto Rico- la reestructuración de la deuda pública de la isla en un entorno económico global más favorable. Pero ello no significa necesariamente mejores condiciones en el entorno actual, plagado de riesgos como la guerra en Ucrania, el fin de la compra de activos por parte de los bancos centrales (lo que se traduce en menos acceso a los mercados de capital), tasas de interés más altas y más inflación.

Y es ahí donde para ambos economistas radica el problema y Puerto Rico merece una explicación. Hace un año, la JSF pactó con los bonistas bajo un cuadro de optimismo y crecimiento económico, que en buena parte descansaba en los beneficios de reformas estructurales que no se han implementado. Ahora, cuando comienzan a pagarse los acuerdos con acreedores, el organismo ha dado un giro de 180 grados en sus previsiones, adelantando un cuadro deficitario entre los años 2027 y 2028 (antes previsto hacia el 2044), con crecimientos económicos de casi 0% en los años venideros y quitando de la ecuación la fe que antes tenía con las mentadas reformas.

Según Santamaría Ots, aún cuando puedan reconocerse aciertos a la JSF como la reforma del Servicio Público, ahora es necesario centrar la discusión no solo en asegurar que haya crecimiento para cumplir con los acuerdos pactados sino para procurar los servicios que necesita la población.

De no hacerse ese ejercicio cuanto antes, dijeron Santamaría Ots y Guzmán, y con el vencimiento de los pagos de deuda encima, a la gente y a las empresas en Puerto Rico, no les esperará otra cosa que una especie de devaluación interna que cobrará muchas formas: desde servicios públicos más deplorables hasta mayores dificultades para que la gente pueda llevar las cargas del diario vivir.

Hasta el siguiente envío,

Joanisabel

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