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Luis Pedraza Leduc: No miramos ni a Oriente ni a Occidente; miramos hacia delante

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En estos tiempos donde los intereses económicos e imperialistas pretenden establecer un mundo unipolar, otros intereses económicos mueven sus fichas para buscar alternativas sin cambiar el sistema económico hegemónico, es decir el capitalismo

Ucrania

Buenos días. En estos tiempos donde los intereses económicos e imperialistas pretenden establecer un mundo unipolar, otros intereses económicos mueven sus fichas para buscar alternativas sin cambiar el sistema económico hegemónico, es decir el capitalismo. No obstante, los intereses geopolíticos nos llevan a ver una guerra entre EEUU y Rusia en suelo ucraniano. Mientras decenas de miles de seres humanos mueren, otras decenas de miles emigran huyendo a la guerra en diversas partes del planeta.

En momentos donde existe la capacidad de producir más con menos, se acentúa la pobreza y la desigualdad. Las principales potencias económicas europeas, junto a EEUU, intentan imponer sus intereses sobre las economías dependientes al capital. Y amenazan a cualquier país que pretenda ofrecer inversiones desde otro punto de vista.

Es por ello que EEUU desata una guerra comercial con China y pone sus ojos sobre la región de América Latina. Reclaman que la región al sur del Río Bravo, América Central, el Caribe y Sur América les pertenece. Esas doctrinas trasnochadas se enfrentan a los deseos y afirmaciones de libertad y respeto de los pueblos de Nuestra América.

El Secretariado de la Internacional Progresista nos comparte un resumen histórico del Movimiento de Países No Alineados y sus principios los cuales deben ser la guía para todos los pueblos del mundo. Y nosotros, que como pueblo bajo el régimen colonial de EEUU, participamos como observadores en estas Cumbres, debemos aspirar a superar nuestra realidad colonial y unirnos a las naciones del mundo que no miran ni a Oriente ni a Occidente, sino que miran hacia delante.

Luis Pedraza Leduc

No miramos ni a Oriente ni a Occidente; miramos hacia delante.
La primera cumbre del Movimiento de Países No Alineados (MNOAL) se celebró en Belgrado, Yugoslavia, el 1 de septiembre de 1961 . Bajo el liderazgo de Jawaharlal Nehru, Sukarno, GamalAbdel Nasser, Kwame Nkrumah y Josep Broz Tito, la cumbre, de una semana de duración, reunió a delegados de 25 países que lucharon por una política exterior colectiva basada en la coexistencia pacífica. “No dispuestos a seguir siendo rehenes de la guerra nuclear ni de la distensión nuclear, los nuevos Estados de la década de 1950 querían trazar un camino independiente, no como representantes de una Guerra Fría entre Estados Unidos y la Unión Soviética”, escribe el historiador indio y miembro del Consejo de la IP Vijay Prashad. En la segunda mitad del siglo XX, esta formación alternativa, que llegó a representar a dos tercios de la población mundial, trató de impulsar una agenda contra la dominación imperialista y la subyugación colonial. En junio de 1961 se elaboró en El Cairo un criterio para las invitaciones a la Cumbre de Belgrado. Además de su “política exterior independiente”, las naciones invitadas “ofrecían un apoyo coherente a los movimientos de Independencia nacional” y no eran “miembros de alianzas militares multilaterales”. El viaje a Belgrado, sin embargo, comenzó décadas antes. Tras la Revolución de Octubre de 1917, el comunista indio MN Roy predijo el “despertar de Oriente”. Tres años después, el Congreso de “Los Pueblos de Oriente” reunió a 1.900 delegados en Bakú, Azerbaiyán, donde se comprometieron a luchar por una vida “basada en la igualdad, la libertad y la fraternidad”. Cuando millones de personas se emanciparon del colonialismo en las décadas siguientes, el llamado de Bakú resonó en Bandung, donde se inauguró la Conferencia de los Pueblos Afroasiáticos en 1955. La Conferencia de Bandung abordó cuestiones comunes a los pueblos de ambos continentes: soberanía, racismo, nacionalismo y lucha anticolonial. El presidente Sukrano, que dirigió la lucha de Indonesia por la independencia, llamó a los delegados de la conferencia a “inyectar la voz de la razón en los asuntos mundiales y movilizar toda la fuerza espiritual, moral y política de Asia y África”. Su demanda encontró expresión en Belgrado seis años después con la fundación del MNOAL. Al inaugurar la cumbre en la capital yugoslava (1961), Tito dijo que los países pequeños y medianos “eran considerados… como una especie de máquina de votar en foros internacionales como Naciones Unidas y otros. Esta reunión de los más altos representantes de los países no alineados ilustra, sin embargo, que hay que descartar esas prácticas anticuadas, que los países no alineados ya no pueden reconciliarse con el estatus de observadores y que, en su opinión, tienen derecho a participar en la resolución de los problemas, en particular los que ponen en peligro la paz y el destino del mundo en el momento actual. Esta reunión se ha convocado para hacer valer ese derecho”. Con el objetivo de construir un movimiento de solidaridad lo suficientemente fuerte como para hacer valer los intereses de sus miembros en la escena mundial, el MNOAL se hizo cada vez más fuerte. Cuando se clausuró la cumbre de Belgrado, Nehru y Nkrumah viajaron a Moscú, mientras que Sukarno y el presidente de Mali, Keïta, partieron hacia Washington. Llevaron un “Llamado por la Paz” a las grandes potencias, pidiéndoles que volvieran a la mesa de negociaciones desde el borde de la guerra nuclear. Para la V Cumbre del Movimiento, celebrada en Sri Lanka en 1976, 86 países eran miembros del MNOAL. Este auge se produjo tras la decisión de emprender la lucha por un Nuevo Orden Económico Internacional durante la década de 1970. En su IV Cumbre, celebrada en Argel en 1973, el MNOAL declaró que, a pesar de la tendencia de la situación internacional hacia la distensión, el imperialismo sigue obstaculizando “el progreso económico y social de los países en desarrollo, pero también adopta una actitud agresiva hacia quienes se oponen a sus planes, tratando de imponerles estructuras políticas, sociales y económicas que fomentan la dominación extranjera, la dependencia y el neocolonialismo.” El MNOAL rechazó el orden mundial de la posguerra y presentó una alternativa que proponía darle la vuelta. La Cumbre de Argel sentó las bases que, un año después, llegaron a formular la Declaración de la ONU sobre el Establecimiento de un Nuevo Orden Económico Internacional, basado “en la equidad, la igualdad soberana, la interdependencia, el interés común y la cooperación entre todos los Estados.” “No miramos ni a Oriente ni a Occidente; miramos hacia adelante”, dijo Kwame Nkrumah al resumir la lucha del no alineamiento para hacer avanzar el irreversible proceso de liberación. Hoy, mientras suenan de nuevo los tambores de guerra, los pueblos y las naciones están recuperando el espíritu de Belgrado en 1961, mientras luchan por una diplomacia basada en la cooperación y la coexistencia. En solidaridad, El Secretariado de la Internacional Progresista

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