La pelota oficial de la liga nunca llegó a la isla y fue necesario el uso de una bola de menor calidad, incluyendo menos amortiguación en los batazos, lo que pareció ser razón para ver menos números ofensivos a pesar de un aumento de 18 partidos
Por Carlos Rosa Rosa El Nuevo Día

Rubén Castro fue el campeón bate de la fase regular de la corriente temporada 2022-23 de la pelota invernal boricua con el segundo promedio más bajo en 30 años al batear para .305.
Edwin Díaz, por su lado, fue el máximo jonronero con ocho en una fase de regular de 50 partidos, cuando el zurdo Danny Ortiz venía de ser el líder en la pasada campaña con un vuelacercas más (9) en una temporada de solo 32 encuentros.
Los cinco equipos que participaron en el pasado torneo (Mayagüez, Carolina, Santurce, RA12 y Caguas) totalizaron más cuadrangulares (107) en la temporada anterior que en la actual (99) a pesar de un incremento de 18 partidos para cada uno en la regular.
Y también el promedio de carreras anotadas fue de 3.3 por juego, menor a las del 21-22 (4.3).
Los números ofensivos, en términos generales durante esta fase regular, fueron muy bajos pese al aumento de encuentros. Y particularmente los de fuerza.
Santurce apenas totalizó 16 jonrones, siete menos que el pasado torneo. Y Mayagüez sacó 15 pelotas, 13 menos que la temporada anterior.
Y no solo eso.
El líder de bateo, Rubén Castro, de la novena RA12, bateó 101 puntos menos que el campeón de la pasada temporada, Blaim Crim, de Mayagüez, con .406. De paso, el promedio más bajo en los últimos 30 años en un título de bateo le pertenece al exgrandesligas Wilfredo “Coco” Cordero, de los Indios, con .304 en la campaña 1992-93.
¿Cuál es la razón para ver un merma en la producción ofensiva esta campaña, cuando se jugaron 18 partidos más en comparación al 2021-22?
Para los protagonistas del juego una de las principales razones fue la calidad de la bola.
Esta temporada, el torneo arrancó con el uso de una bola muy distinta a la que usualmente se utiliza en la competencia.
Un atraso en la llegada del cargamento de la pelota oficial de la liga desde la fábrica de la marca Rawlings en China, a través de la distribuidora Salvador Colom, obligó a la gerencia de la Liga de Béisbol Profesional Roberto Clemente a empezar el torneo con una pelota con menos amortiguación en los batazos. El modelo de la bola, según el presidente Juan Flores Galarza, era Rawlings OLB1.
Según algunos de los entrevistados, la calidad de la bola era muy pobre para utilizarse a este nivel profesional.
“La bola no ayudaba para nada. En México es la que usan para las prácticas de bateo. Le dabas bien y se hundía. Salía rápido y luego se moría. Después la tocabas y estaba blandita. No era una bola para usarse como tal en esta liga”, declaró el jardinero de los Indios, Danny Ortiz, quien esta temporada acumuló cinco jonrones en 50 partidos, a El Nuevo Día.
Edwin Díaz, de los Criollos, también vio la diferencia a pesar de ser el líder de jonrones, remolcadas y anotadas del torneo.
“Dabas buenos batazos y la bola se doblaba. No solo los míos, sino también los de mis compañeros. La bola, literalmente, se moría”, comentó Díaz, candidato para el premio de Más Valioso.
“Con una bola buena, Edwin hubiera dado entre 14-15 jonrones”, dijo un compañero del jugador de Caguas que habló en anonimato.
¿Quiénes salían beneficiados con el uso de esta pelota? Naturalmente, los lanzadores.
“Se sentía la diferencia”, reconoció el relevista de los Criollos, Yacksel Ríos. “Uno la apretaba y se sentía más blanda. Era una ventaja para el pitcher. No me voy a molestar si la bola sale menos. Y uno lo veía porque me daban buenos batazos y luego la pelota quedaba a 20 pies de la verja. Pero a mí me gustan los retos y estaría de acuerdo en que usen las bolas de las Grandes Ligas o las Menores. El juego es más interesante con ofensiva”, dijo Ríos, quien fue el líder de victorias en la regular con siete y registró una tacaña efectividad de 0.65 en 27.2 entradas.
Flores Galarza señaló que el conflicto entre Rusia y Ucrania tuvo un efecto en los envíos de los cargamentos de materiales desde China.
“Nosotros, normalmente, hacemos el pedido de las bolas desde mayo para el torneo que inicia en noviembre. Y nosotros y las demás ligas del Caribe usamos la pelota que le sigue a la de las Grandes Ligas y las Menores. Es como un tercer nivel”, dijo el líder del organismo.
“Y este año cuando hicimos el pedido, Salvador Colom nos adelantó que era muy poco probable que el pedido de las bolas llegara a tiempo. Y así pasó. Entonces, Salvador Colom tenía en inventario una bola de menor calidad a la que usamos, y fue la que usamos al principio del torneo. No teníamos otra opción que usar esa bola. Estábamos obligados a usarla”, explicó Flores Galarza.
Las quejas sobre la calidad de la bola llegaron desde el inicio de la temporada, reconoció el presidente.
“Nos hablaron de la situación; que la bola no salía; que la bola se moría”, dijo Flores Galarza al resaltar que el modelo de esta pelota no es la que utilizan en las prácticas de bateo en la liga.
Ante esta situación, según contó, volvió a dialogar con Salvador Colom sobre otras alternativas y surgió la posibilidad de usar otra pelota de una mejor calidad, pero el inventario era poco. Se trata de la modelo OLB1-PR (con el sello de Ligas de Puerto Rico).
En ese momento, entonces se acordó utilizarla a partir del 26 de diciembre, restando pocas jornadas de la serie regular. Tampoco se trataba de la bola oficial de la liga que posee el sello y la firma del presidente.
“Esta bola tiene un tratamiento conocido como EIT (Extra Inning Technology) que le da más durabilidad a la bola y logra una mayor amortiguación en los batazos. Es una mejor bola en comparación a la que usamos en el principio”, afirmó Flores Galarza.
Y Ortiz confirmó la mejoría en la pelota.
“Desde el cambio de la bola se han visto mejores batazos, mayormente, los de fuerza. La diferencia es bastante. Pero todavía no es la bola que usamos normalmente”, dijo Ortiz, quien pegó un jonrón en el inicio de la serie semifinal ante Caguas.
¿Y el organismo reconoce que la baja producción ofensiva estuvo relacionada al cambio de la bola?
“Puede haber una relación, pero hay que reconocer que hay una tendencia de menos ofensiva en los últimos años”, dijo el director de torneo, Carlos Berroa, por su lado.
“Creo que hay más profundidad en los bullpen de los equipos y hay muchos relevistas con buena velocidad”, prosiguió Berroa, quien, sin embargo, reconoció que la eliminación del ‘shift’ (formaciones especiales a la defensiva) no dio paso a mayores números ofensivos.
“Eso sí me sorprendió”, apuntó Berroa.💬Ver 1 comentario