Por Ramón Figueroa
Nunca le podré perdonar al gran Benedetti, que pusiera en papel los versos,que en una noche de verano,compuse mentalmente y guarde por muchos años para publicarlos con pasión y amor a Irmgard. Ni modo.
Le dedico lo que otro hombre,al igual que yo,tuvo la dicha de tener como compañera de vida,a alguien que sumada al 1 contribuido por nosotros resultaba en más de dos.

