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Recuerdan legado de los Young Lords durante aniversario del Centro de Estudios Puertorriqueños

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La activista Iris Morales, directora del documental “¡Pa’lante, Siempre Pa’lante!”, estuvo en la isla como parte del evento

La activista Iris Morales, quien formó parte de los Young Lords, fue la creadora del documental que tomó 8 años de producción. (Suministrada)

jueves, 11 de mayo de 2023 – 11:40 p.m.

Por Víctor Ramos Rosado El Nuevo Día

Las historias tienen poder. Por mucho tiempo, las narrativas sobre comunidades consideradas “minoritarias” han pasado a un segundo plano y las luchas que sirvieron como cimientos para los derechos civiles y el progreso han quedado como una breve nota al calce en los recuentos históricos del mundo. Las luchas y la militancia de puertorriqueños en Estados Unidos, en especial, no son material que se discute con frecuencia en los salones de clases o en conversaciones con amigos o encuentros familiares.

Iris Morales siempre supo que no podía permitir que su historia y la de sus compañeros se convirtiera en una lejana memoria. Para una joven de ascendencia boricua en Nueva York, el concepto de formar parte de un grupo militante por los derechos de los puertorriqueños y otros latinos podría parecer intimidante, pero no para ella. Le vino como algo natural unirse a los Young Lords.

“Yo soy boricua, nacida y criada en los Estados Unidos y parte de esa generación, los hijos y las hijas de la gran migración de puertorriqueños para los 1940, esa gran migración que tuvo un impacto bastante grande en la ciudad de Nueva York”, explica mientras toma café. “En ese tiempo el puertorriqueño no valía nada. Era discriminado racialmente, por clase, por género, en todo el puertorriqueño no valía nada. Solamente se entendía lo de ‘West Side Story’, como criminales, lo peor de la sociedad”.

El Nueva York de los 70 era un lugar agresivo y difícil. Los descendientes de varias generaciones migrantes que se establecieron en la ciudad durante las décadas de los 40 y 50 ya habían crecido y comenzaban a reclamar espacios y mejores condiciones de vida.

Los jóvenes puertorriqueños nos estábamos criando dentro de esa sociedad y viendo ese trato; y casi todos nosotros, los primeros nacidos allá, éramos los que traducíamos para nuestra familia, porque aprendimos inglés”.

La primera herencia que le legaron sus padres, como a todos los hijos de la diáspora, fue su lenguaje, ese español que fue transformándose poco a poco en el “spanglish” que hoy es sinónimo de ser nuyorican. Su padre, natural de Sábana Grande, solo alcanzó el sexto grado. Su madre, del histórico Poblado San Antonio, en Aguadilla, no pudo estudiar más allá de tercero.

Iris recuerda crecer en una ciudad en la que podía ver los maltratos que sufrían sus compatriotas. Una rabia silenciosa comenzó a carcomer en su ser. “Yo empecé en la escuela superior con una rabia contra lo que veía y el trato al puertorriqueño y empecé a organizar en mi vecindario con otros inquilinos, educándonos sobre nuestros derechos legales y también organizando lo que se llama ‘rent strikes’ (huelgas de alquiler)”.

“En esa época había mucho discrimen. Te llamaban ‘spic’, a mí me escupieron y me llamaron así, aunque tuviera la clara. Te borraban, o te decían ‘spanish’. Como que había mucho rencor, como que el puertorriqueño había llegado de lo más sucio a coger el trabajo. Lo mismo que se dice de los inmigrantes hoy en día”.

Estando en la Universidad, amplió su participación en diferentes protestas y movimientos, y luego formó parte clave de las actividades de los Young Lords. Iris estuvo de visita en Puerto Rico como parte de una serie de actividades organizadas por el Centro de Estudios Puertorriqueños de Hunter College (CENTRO) en celebración de su 50 aniversario.

Iris fue la creadora de un importante documental titulado “¡Pa’lante, Siempre Pa’lante!”, en el que se documentó la historia de los Young Lords. La idea para el filme surgió originalmente como una iniciativa que formaba parte de la conmemoración de los 20 años de la organización en aquel entonces. Pero el proceso fue uno muy largo y muy tedioso, le tomó 8 años acabarlo. En 1996 se transmitió a través de PBS.

El filme se proyectó como parte de las actividades de celebración del los 50 años del Centro de Estudios Puertorriqueños. (Suministrada)

“Yo quería mostrar la historia puertorriqueña, pero segundamente, quería enseñar que la historia es el resultado de los hechos del pueblo y que el pueblo no es uno solo. Porque muchas de las versiones de los Young Lords elevan a los hombres. Siempre es así en la historia. Entonces también ese aspecto es importante para mí. Porque las mujeres hacían el trabajo y los hombres hacían los discursos”, dijo.

Iris rememoró el estreno del documental como un gran momento en su vida. Viven muy claras en su mente aun las imágenes de un teatro lleno a capacidad y de varios de sus camaradas, siendo ovacionados junto a ella por personas de todas las generaciones por la importancia y el impacto de su trabajo.

“Realmente es a activistas como Iris que le debemos las instituciones que tenemos hoy día en la diáspora. Queríamos pensar hacia el futuro, los próximos 50 de años de Centro y todo lo que se ha logrado, pero también entender el contexto en el que surge, que es el contexto del activismo de la diáspora puertorriqueña y las luchas que se dieron allá para crear más espacio para los puertorriqueños y que se preservara nuestra historia y que se contara nuestra historia”, expresó Yarimar Bonilla, quien está próxima a culminar su tiempo como directora del CENTRO.

“Hemos tenido muchas victorias. A veces no se siente así porque la lucha es difícil, pero si cogemos desde ese punto donde era ilegal que nosotros tuviéramos educación, al punto que tenemos un Centro de Estudios Puertorriqueños, hemos tenido muchas victorias”, sostuvo por su parte Morales.

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