Y si no se van haremos con ustedes/el cementerio de todos los asesinos,/la hoguera de todos los males y el infierno de los ricos/como un vertedero de cenizas tóxicas/donde los culpables ardan para siempre./¡Puñeta!

William Perez Vega
POEMA DE LA INDIGNACIÓN
A veces hay que sentir coraje y dejar que llegue un poco de llanto
como cuando te echan veneno en el patio de los retozos
hasta pintar de gris la respiración cada segundo
como un cuervo vestido de policía a la puerta del vertedero
porque en el cielo se acabó el maná y solo quedan metales
más pesados que la vida de todos, de todas,
de esos que el agua no puede disolver por más que moje
mientras un tatuaje de mil llagas te quema la piel
hasta los organelos donde la palabra cáncer
se escribe con el abecedario de la AES
para tachar oxígeno y tragar el molibdeno, mercurio,
cloruro, litio, selenio, talio. plomo, aluminio,
cromo, arsénico, boro y otros tantos
mientras los gobernantes pronuncian cobardía
con todos sus actos,
porque los asesinos necesitan quien les guarde las espaldas
o le limpie las botas con su lengua de lombriz y alimaña.
Y no puedo evitar la sal en mis pupilas
como un océano de coraje que incendia la cara
cuando se viste de cenizas impregnadas de engaño,
que rellenaron de muerte las paredes de mi nido
como si el veneno mojado fuera diferente al veneno a secas
porque la tortura llega envuelta en lo que llaman ley y orden
y los jueces le hacen el mandado a los ricos
con su receta de condenas grises en la frente.
Entonces llega el momento cuando de tanta cruz
hay que sacar resurrecciones como una muchedumbre
que grite salvación a través de cualquier Tallaboa,
hasta llenar de antorchas el fin de la obscuridad
porque aun en medio de la noche allí estaremos
dispuestos a dar la batalla y los ofendidos tenemos nombre
aunque haya que callarlo en lo que pasa el peligro
y mientras tanto lo pasemos de labio en labio
hecho relámpago que destroza las tinieblas
como se dice un susurro en el silbido del viento
y por lo bajo cantemos Yanina, Jimmy, Víctor, María,
Eva, Carlos, Ana, Pepo, Nolo, Sofía, Kiria, Melina, Orlando,
Myriam o Julia en un silabario de todas las gentes
que inventan el escudo de esta tierra que grita justicia
hasta que hagamos del llanto una tormenta
que nos hace falta desde el Caribe al Atlántico
y que en su furia diga todos, todas somos Peñuelas,
Guayama, Humacao, Luquillo, Comerío y Guayanilla,
Río Piedras, Vieques, Jayuya o Lares
y repetirlo las veces necesarias en el poblado que sea
hasta que seamos una sola garganta que truene a todo pulmón
¡Coño, váyanse al carajo con sus cenizas!
Y si no se van haremos con ustedes
el cementerio de todos los asesinos,
la hoguera de todos los males y el infierno de los ricos
como un vertedero de cenizas tóxicas
donde los culpables ardan para siempre.
¡Puñeta!
William Pérez Vega, derechos reservados
😱✊🏽excelente grito de guerra🇵🇷
100% de acuerdo ✊✊✊
El autor poeta William Pérez Vega es un patriota puertorriqueño que se entrega de cuerpo y alma a la lucha por la justicia y la libertad.